09.03.2013 Views

garcia-marquez-gabriel-el-coronel-no-tiene-quien-le-escriba

garcia-marquez-gabriel-el-coronel-no-tiene-quien-le-escriba

garcia-marquez-gabriel-el-coronel-no-tiene-quien-le-escriba

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

coron<strong>el</strong>, vetera<strong>no</strong> de la «última guerra civil», l<strong>le</strong>va veinticinco años confiando<br />

vanamente en la ratificación oficial de la pensión que <strong>le</strong> correspondía. «Nunca es<br />

demasiado tarde para nada», proclama sentenciosamente. Abocado a la miseria,<br />

torturado por <strong>el</strong> desdén y <strong>el</strong> olvido, <strong>el</strong> coron<strong>el</strong> se enfrenta cada día a una indigencia<br />

laboriosamente compartida con su mujer, enferma de asma. No hay respiro en esa<br />

menesterosa y dramática tesitura vital. El coron<strong>el</strong> invalida como puede su dignidad<br />

sobreviviendo con préstamos y equilibrios difíci<strong>le</strong>s. Ha ido vendiendo todo lo<br />

vendib<strong>le</strong> que había en su rui<strong>no</strong>sa casa, me<strong>no</strong>s un gallo de p<strong>el</strong>ea que man<strong>tiene</strong> a<br />

costa de la propia y definitiva vecindad con <strong>el</strong> hambre. ¿Por qué esa resistencia<br />

última a desprenderse de un gallo cuya sola alimentación incluso <strong>le</strong> exige al coron<strong>el</strong><br />

sacrificios imposib<strong>le</strong>s?<br />

Tal vez habría que adjudicar<strong>le</strong> a ese gallo, como hace Mario Vargas Llosa en su<br />

estudio García Márquez: Historia de un deicidio (Barral, 1971), un cierto rango de<br />

metáfora política. Aunque la hipótesis puede resultar demasiado rebuscada, esa<br />

desconcertante actitud d<strong>el</strong> coron<strong>el</strong> negándose a vender un gallo que había sido de<br />

su hijo, asesinado por repartir hojas clandestinas, puede corresponderse con un<br />

fondo de entereza frente a una determinada situación política. Aunque en ningún<br />

momento se haga referencia expresa a esa situación, su aliento subyace en toda la<br />

<strong>no</strong>v<strong>el</strong>a, se filtra de continuo en los diálogos de los personajes: <strong>el</strong> toque de queda, la<br />

resistencia armada, la censura d<strong>el</strong> padre Ang<strong>el</strong>, la batida de la policía, los<br />

privi<strong>le</strong>gios de don Sabas y toda una serie de sobreentendidos y medias tintas que<br />

definen sin mayores matices <strong>el</strong> tenso clima político d<strong>el</strong> pueblo.<br />

La ambientación local de El coron<strong>el</strong> <strong>no</strong> <strong>tiene</strong> <strong>quien</strong> <strong>le</strong> <strong>escriba</strong> incide en una desolación<br />

a veces atenuada por algún negro rasgo humorístico, pero tampoco se aportan<br />

informaciones concretas sobre <strong>el</strong> paisaje urba<strong>no</strong>. Sólo se entrevé lo que sugiere <strong>el</strong><br />

itinerario angustioso d<strong>el</strong> coron<strong>el</strong>. la administración de correos, la sastrería, <strong>el</strong><br />

consultorio d<strong>el</strong> médico, la gal<strong>le</strong>ra, <strong>el</strong> despacho d<strong>el</strong> abogado... Y luego queda la<br />

imagen general d<strong>el</strong> pueblo aplastado por la asfixia hedionda d<strong>el</strong> calor y la<br />

incansab<strong>le</strong> cobertura de la lluvia: «todo será distinto cuando acabe de llover». U<strong>no</strong>s<br />

escasos detal<strong>le</strong>s decorativos, unas pocas pinc<strong>el</strong>adas bastan para comp<strong>le</strong>tar una<br />

composición suficiente d<strong>el</strong> escenario. Yen medio de las desdichas cotidianas, como<br />

en un sistema poético de vasos comunicantes, reaparece <strong>el</strong> mundo entre ficticio y<br />

real que ocupa todo <strong>el</strong> espacio imaginativo de García Márquez: Macondo, de donde<br />

salió <strong>el</strong> coron<strong>el</strong> para entregar<strong>le</strong> a Aur<strong>el</strong>ia<strong>no</strong> Buendía los fondos de la Revolución. Ya<br />

sí vu<strong>el</strong>ve también a reactivarse la cru<strong>el</strong> esperanza de que un día l<strong>le</strong>gará la carta en<br />

que se <strong>le</strong> anuncia al coron<strong>el</strong> <strong>el</strong> otorgamiento de su pensión. Todo <strong>el</strong> alcance social y<br />

literario de la <strong>no</strong>v<strong>el</strong>a se apoya en esa injusticia y ese infortunio.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!