12.03.2013 Views

El Diario de Ana Frank

El Diario de Ana Frank

El Diario de Ana Frank

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

porque chocábamos ciegamente contra el bajo dintel <strong>de</strong> la puerta.<br />

Por eso, en el rebor<strong>de</strong> pusimos un paragolpes: una bolsita rellena<br />

<strong>de</strong> virutas. ¡Veremos cómo resulta eso!<br />

No hago gran cosa en materia <strong>de</strong> estudios; he <strong>de</strong>cidido<br />

prolongar mis vacaciones hasta septiembre. Luego, papá será mi<br />

profesor, pues temo haber olvidado mucho <strong>de</strong> cuanto aprendí en<br />

la escuela.<br />

No hay que contar con cambios en nuestra vida. No me<br />

entiendo en absoluto con el señor Van Daan; en cambio, él quiere<br />

mucho a Margot. Mamá me trata a veces como a una criatura, lo<br />

que me parece insoportable. Fuera <strong>de</strong> eso, no vamos mal. Peter<br />

sigue sin gustarme, es tan aburrido; se la pasa tendido en la cama<br />

la mitad <strong>de</strong>l tiempo, a veces hace algún trabajo <strong>de</strong> carpintería, y<br />

luego vuelve a la cama. ¡Qué tonto!<br />

<strong>El</strong> tiempo es hermoso y, a pesar <strong>de</strong> todo, lo aprovechamos<br />

soleándonos sobre un catre en el <strong>de</strong>sván, por don<strong>de</strong> el sol entra<br />

a raudales a través <strong>de</strong> una claraboya.<br />

Tuya,<br />

ANA<br />

© Pehuén Editores, 2001.<br />

Miércoles 2 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1942<br />

Querida Kitty:<br />

<strong>El</strong> señor y la señora Van Daan han tenido una pelea terrible.<br />

Nunca había oído cosas semejantes, porque papá y mamá no<br />

pensarían jamás en gritarse así. La causa: una verda<strong>de</strong>ra<br />

insignificancia, por la que no valía la pena reñir. En fin, cada cual<br />

tiene sus gustos.<br />

Naturalmente, para Peter, la cosa es muy <strong>de</strong>sagradable, pues<br />

<strong>de</strong>be tomar partido por uno u otro. Pero, como es tan susceptible<br />

y perezoso, nadie lo toma en serio. Ayer estaba insoportable<br />

porque tenía la lengua azul en vez <strong>de</strong> roja; <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, esta<br />

singularidad <strong>de</strong>sapareció en un abrir y cerrar <strong>de</strong> ojos. Hoy sufre<br />

)17(<br />

EL DIARIO DE ANA FRANK<br />

<strong>de</strong> tortícolis y se pasea con una bufanda anudada al cuello; el<br />

«caballero» se queja también <strong>de</strong> lumbago. También suele<br />

experimentar dolores en el corazón, los riñones y los pulmones.<br />

Es un verda<strong>de</strong>ro hipocondríaco (es ésa la palabra, ¿verdad?).<br />

Entre mamá y la señora Van Daan hay bastantes<br />

<strong>de</strong>sinteligencias; existen, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, razones para ello. Te daré<br />

un ejemplo: la señora Van Daan ha retirado <strong>de</strong>l armario don<strong>de</strong> se<br />

encuentra nuestra ropa en común todas sus sábanas, que eran<br />

tres. <strong>El</strong>la juzga natural que la ropa <strong>de</strong> mamá sirva para todo el<br />

mundo. Se va a sentir muy <strong>de</strong>cepcionada cuando compruebe que<br />

mamá ha seguido su ejemplo.<br />

A<strong>de</strong>más se siente muy molesta porque nos servimos <strong>de</strong> su<br />

juego <strong>de</strong> mesa y no <strong>de</strong>l nuestro para uso común. Trata por todos<br />

los medios <strong>de</strong> saber qué hemos hecho <strong>de</strong> nuestros platos <strong>de</strong><br />

porcelana, los cuales están mucho más cerca <strong>de</strong> lo que ella supone:<br />

en el <strong>de</strong>sván, alineados en cajas <strong>de</strong> cartón, <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> cartapacios.<br />

Los platos son inhallables, permanecerán allí tanto tiempo como<br />

nosotros. ¡Siempre tengo mala suerte! Ayer <strong>de</strong>jé caer un plato<br />

sopero perteneciente a la señora; se hizo trizas.<br />

-¡Oh! -exclamó ella, furiosa-. ¿Es que no pue<strong>de</strong>s tener más<br />

cuidado? Es todo lo que me queda. A pesar <strong>de</strong> todo, el señor Van<br />

Daan me prodiga pequeñas amabilida<strong>de</strong>s. Esta mañana mamá ha<br />

vuelto a abrumarme con sus sermones; no puedo soportarlos.<br />

Nuestras opiniones son <strong>de</strong>masiado opuestas. Papá me compren<strong>de</strong>,<br />

aunque a veces llegue a enfadarse conmigo durante cinco minutos.<br />

La semana pasada, nuestra vida monótona fue interrumpida<br />

por un pequeño inci<strong>de</strong>nte: se trataba <strong>de</strong> Peter y <strong>de</strong> un libro sobre<br />

las mujeres. Margot y Peter tienen permiso para leer casi todos<br />

los libros que el señor Koophuis saca <strong>de</strong> la biblioteca pública<br />

para nosotros. Pero se juzgaba que un libro sobre un tema tan<br />

especial tenía que quedar en manos <strong>de</strong> las personas mayores. <strong>El</strong>lo<br />

bastó para <strong>de</strong>spertar la curiosidad <strong>de</strong> Peter: ¿qué podía haber <strong>de</strong><br />

prohibido en aquel libro? A hurtadillas, se lo sustrajo a su madre,<br />

mientras ella charlaba con nosotros abajo, y escapó al <strong>de</strong>sván con

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!