LIBRO%20VIDELA
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inesperada guerra de las Malvinas, que acabó de una forma abrupta con el Proceso y<br />
también con el gobierno militar, cuyo fracasó salpicó a las Fuerzas Armadas y todos<br />
los integrantes de las Juntas desde el año 1976.<br />
Corría el año 1980, ya con la presión internacional sobre el régimen muy intensa y una<br />
oposición en el interior más activa; se va viendo con claridad que el apoyo social y civil<br />
que hasta ahora había tenido el régimen se está resquebrajando y que incluso puede<br />
comenzar a volverse en contra.<br />
Los radicales, por ejemplo, comenzaron a romper la línea tradicional adoptada hasta<br />
entonces, que había sido impuesta por Balbín, y se comenzaba a perfilar el liderazgo<br />
de Raúl Alfonsín, un abogado que había defendido a varios miembros del ERP y que<br />
había sido un activo militante en pro de los derechos humanos.<br />
También por esas fechas comenzaría su actividad el grupo de mujeres conocido como<br />
las Madres de la Plaza de Mayo, que reivindicaban conocer con precisión dónde<br />
estaban los desaparecidos en la guerra contra la subversión, y que eran familiares de<br />
algunas de las víctimas en el conflicto, "guerra" en palabras de Videla.<br />
Así llegamos al año 1981, cuando Jorge Rafael Videla abandona la presidencia del<br />
país -la jefatura del ejército ya la había dejado unos meses antes- y pasa a un<br />
segundo plano en la vida política de Argentina, dejando para sus sucesores la<br />
responsabilidad de abordar la reconversión política del Proceso y una necesaria<br />
transición a la democracia, lo que después se hizo de una forma forzada y tras el<br />
descalabro en la guerra de las Malvinas.<br />
El año 1981 significó un periodo de mantenida y sostenida agonía, sobre todo debido<br />
al escaso liderazgo político y poco carisma del nuevo líder del ejército Argentino, el<br />
general Roberto Viola. No obstante, los civiles seguían al margen del régimen y sabían<br />
que no había alternativa clara al oficialismo militar. "Se armó una liga de ex<br />
gobernadores que supuestamente presidía Carlos Saúl Menem.<br />
El peronismo era un aquejare y el resto de los partidos lo mismo. No había alternativa<br />
al Proceso Militar que, a pesar del desorden, todavía tenía oxigeno para retener el<br />
poder. Sin embargo, todos conservaban en privado con los representantes del poder<br />
castrense. Bastaba que los invitara un general en actividad para salir corriendo",<br />
señalaba un conocido analista en aquellos años.<br />
El apoyo de la sociedad civil a la institucionalidad militar era absoluto en ese momento.<br />
Como fruto de la grave crisis a la que había llevado el país Viola, el 16 de diciembre<br />
los dirigentes más importantes de la opositora Multipartidaria se reunieron en la Casa<br />
Radical para firmar la declaración "Antes de que sea tarde", en que se sostenía<br />
literalmente: "La etapa de la subversión deshumanizada y violenta ha concluido<br />
porque junto a la acción de las Fuerzas Armadas existió un firme rechazo de la<br />
conciencia moral del pueblo que supo ver en el terrorismo la expresión de la<br />
desmesura del elitismo de la insensatez y el crimen".<br />
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