8 TOLEDO <strong>SEMANA</strong> <strong>SANTA</strong> 2013 Puerta de la Feria y antigua Torre del Reloj
Presidenta de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha María Dolores de Cospedal García Saluda <strong>SEMANA</strong> <strong>SANTA</strong> 2013 TOLEDO 9 Ha pasado ya un año desde que escribí mi anterior saluda para la Semana Santa de Toledo, por encargo de la Junta de Cofradías y Hermandades, a la que de nuevo, ante todo, quiero agradecer personalmente esta invitación y especialmente el magnífico trabajo que hacen para que nuestra Semana Santa siga siendo un referente turístico y cultural, pero sobre todo un referente de religiosidad, de devoción y de piedad. En este año, declarado de la Fe por S.S. Benedicto XVI, cobra una especial significación la catequesis que sobre la Pasión y Resurrección de Nuestro Señor, supone la celebración de nuestras procesiones, por las empinadas y estrechas calles de Toledo, por nuestras plazas y cobertizos. Una catequesis silenciosa, cuyo silencio sólo es roto por el rataplán de los tambores o las bandas de música entonando tristes saetas. Durante esta semana, en el ocaso y la madrugada toledana, los vecinos y visitantes de nuestra ciudad acompañan a nuestras imágenes, Vírgenes y Cristos, recogidamente en su transitar por los recorridos procesionales con un sentimiento de “pasión”, a medias entre el fervor y el enamoramiento, entre el ascetismo y el misticismo, bajo un cielo negro, a la luz de la luna blanca y redonda, como una Hostia. Jesús entrando en Jerusalén, entre palmas y a lomos de una borriquita, la oración en el huerto, la flagelación y coronación de espinas, la crucifixión, el descendimiento, María Santísima con Cristo en su regazo o llorando en solitario, el Santo Entierro y Jesucristo resucitado, son escenas que llevamos en nuestro imaginario desde nuestra infancia. Nuestra Semana Santa toledana es, como nosotros los castellano-manchegos, austera y sobria, pero, también como nosotros, es auténtica y genuina. Es el fruto de años, de siglos de tradición transmitida de padres a hijos. Penitentes con hábito, damas enlutadas con mantilla, recios costaleros, uniformados músicos, roncos tambores, agudas cornetas, cantadas saetas, aromáticas flores, humeantes velas, mortecina luz de los faroles…todo al servicio de un espectáculo multicolor de Interés Turístico Nacional, pero todo ello con ser importante, no pasaría de ser como una cabalgata si no fuera por el hecho que conmemoramos la muerte de Cristo en la Cruz.