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Entrevista
Abajo. Don Manuel
y Ángeles han compartido
muchos momentos junto a
la Virgen, en la ermita, que
recuerdan como si fuese ayer.
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La capilla hoy
«Está preciosa y además se
domina Málaga. Pero la ciudad
ha perdido mucho. Antes
se veían algunas cosas mejor,
como el colegio de las monjas,
que ahora ha quedado
más escondido. Y pensar que
es un sitio tan antiguo, que
tuvo tanta actividad cuando
llegaron los Reyes Católicos y
que trajeron a la Virgen de la
Victoria, que está abajo». No
obstante, Ángeles se queda
con la capilla de antes, que
«era más bonita, pero hay que
comprender que hizo falta y
se tuvo que agrandar. Eso sí,
ha ganado mucho y por dentro,
por supuesto».
«Aquello no es lo que era.
Los columbarios han sido una
cosa muy buena y la escalinata
también, que hacía falta.
Aquello era campo, campo.
Boletín Monte Calvario / Cuaresma 2013
Exageradamente rústico. Y
tiene mérito que D. Manuel lo
mantuviera tantos años; si no
fuese por él, se hubiese hundido,
se hubiese venido abajo.
¡Lo que ha ganado con D. Manuel!
Y es que Málaga es fría,
pero gracias a Dios está la cofradía
y eso es una garantía de
que seguirá adelante». A Ángeles
no se le escapa un detalle,
a pesar de que ya no va a la
capilla más que el Viernes de
Dolores y el del besamano, y
destaca, por ejemplo, el acierto
de los azulejos de la ermita.
Y así, entre recuerdos, fuimos
repasando junto a Ángeles
décadas de historia, toda
una vida junto al Calvario, de
mil anécdotas que forman un
tesoro que no cabría en esta
entrevista. Ángeles tuvo recientemente
la generosidad
de regalar a la Hermandad
una imagen de San Francisco
de Paula, que pudimos ver
en el pasado besamano de la
Virgen de Fe y Consuelo. Hoy
está en nuestra capilla, como
testimonio del cariño y la fe de
esta señora que, mucho antes
de que la cofradía existiese,
cruzaba Málaga caminando
para adornar el altar de la Virgen
del Monte Calvario, con
aquellas sencillas calas.
Acordémonos de ella cada
vez que veamos esta imagen,
y de su devoción ejemplar.
Y demos gracias a Dios, que
quiso que su madre la llevase
al Monte Calvario y le dejase
en herencia la fidelidad hacia
lo que hoy custodiamos, el
mejor legado que Ángeles nos
ha podido dejar.
Texto: Pablo Mapelli
Fotografías: José Luis Quesada