ICONO 1 - Revista Ícono

ICONO 4
“Los estilos no afloran, lo que aflora
es el propio ser que está guardado”
Hablar con Olga Sinclair, es hablar de
pasión por la vida convertida en Arte,
un arte que evolucionó por casi 30 años de
trabajo, influida por la pintura de su padre,
el gran Maestro Alfredo Sinclair. Olga nos
cuenta lo difícil que fue definir su estilo. En
sus inicios se encontraba envuelta en una
vorágine de corrientes artísticas que la llevan
a formalizar y concretar su expresión personal,
teniendo como íconos a los pintores
Giorgio Morandi, Francis Bacon, Piet Mondrian,
entre otros. De igual forma destaca
que el haber vivido en Asia, Europa y América,
fortalece sus características de artista. Es
por ello que Olga recomienda que el artista,
el creador, debe perseverar, para que contra
toda situación, aflore el estilo que se lleva
dentro por naturaleza y que espera el momento
preciso para salir; es entonces cuando
se crea un sello personal en el artista, el cual
también debe arriesgarse, aunque el público
a veces llegue a considerarlo transgresor
o no logre comprender su mensaje, pues
“para ser universal debemos trascender
fronter as”.
Compromiso Ciudadano
Olga siente que como ciudadana tiene un
compromiso con Panamá. A pesar de tentadoras
ofertas de vivir en el exterior, desea
impulsar la cultura en el país, pues opina
que el sistema de educación en las artes ha
sido “mutilado”, dejando como resultado que
muchos de los jóvenes y niños no conocen lo
suficiente sobre el arte universal. Desea que
con su asesoría voluntaria, pueda dar una
guía para que este panorama vaya tomando
un rumbo diferente y positivo. Expresa que
existen en muchos países políticas culturales
mucho mas desarrolladas que las nuestras
y es hora de que esto cambie; por ello la
educación en las escuelas y cárceles es muy
importante, valiéndonos de herramientas
que nos permiten hoy día una mejor comunicación;
descubriendo lo que ocurre en
otras partes del mundo y conectándose con
creadores de otras regiones: Los ganadores
de premios, los que están en academias y
demás, deben viajar y salir a ver el mundo;
debe existir una alianza entre el Ministerio
de Educación y el IFARHU, para enviar a
los jóvenes a pulirse en grandes academias,
y de esta forma el talento no quede en el
encierro y muera. Debe existir una mayor
preocupación de los padres, educadores y
g o b i e r n o , para que se invierta más en las
artes, comenta la artista.
Por otro lado, Olga nos habla de cómo se
comporta la ciudad. Recalca la importancia
de los parques, plazas, el verdor, fuen-
tes y monumentos que adornen el espacio
público, para que el recorrido por la ciudad
sea agradable y fresco y así encontrar en
cada rincón de la capital y otras ciudades,
jardines y espacios abiertos que nos distraigan
del caos cotidiano de la agitadas
vías, “que muevan el alma del conductor y
de los transeúntes”. Considera que debemos
desarrollar proyectos donde se tomen
en cuenta estos aspectos que valorizan las
urbes.
De una forma muy agradable, Olga también
nos comenta sobre su interés por el medio
ambiente, pues participa en programas que
se dedican a la conservación y cuidado de
los recursos naturales. Es por ello que ha
sido distinguida con el título de “Embajadora
del Agua” por CATHALAC (Centro del
Agua del Trópico Húmedo para América
Latina y el Caribe). Con estas participaciones
y proyectos, Olga nos muestra una parte
de su compromiso ciudadano con Panamá,
puesto que manifiesta que “el artista es un
canal creativo de conexión”, llevándola a
compartir sus secretos y conocimientos con
los panameños, especialmente con los niños
y jóvenes
“Muchos niños panameños
no conocen un Picasso, un
Morandi y esto tenemos
que cambiarlo.”
La parte humana de esta pintora, se ve engrandecida
con la maternidad, pues consi-
dera que ésta la llevó a convertirse en un
ser cuerdo y estable, anhelando dar a sus
dos hijas, Natasha y Susana, una buena educación
al igual que lo hicieron sus padres
“Lo que el ser humano
necesita cultivar es su parte
espiritual. Dentro de cualquier
profesión y disciplina
hay un componente espiritual
que sostiene la otra
parte de la moneda”