Pdf interactivo - Murcia enclave ambiental

Nuestros viejos
alcornoques
Fieles testigos del paso del tiempo, los viejos alcornoques de la Región permanecen
arraigados a la seca tierra que sigue alimentándolos. Algunos de origen incierto,
otros plantados en los siglos XIX y XX, todos poseen un gran valor histórico y
cultural que nos transporta a otra época y que al contemplarlos, tras advertir las
huellas del tiempo en sus ramas, nos transmiten la sensación de nuestro efímero
paso por la vida.
La actual época geológica en la
que vivimos tiene su comienzo donde
finalizó la última glaciación, lapso
de tiempo que, aproximadamente,
comprende los últimos 12.000 años de
nuestra historia. Los alcornocales se
corresponden en su distribución con
las zonas mediterráneas húmedas
en las que las glaciaciones cuaternarias
no fueron demasiado intensas.
Estas zonas mediterráneas
constituían refugios durante las glaciaciones
del Pleistoceno para alcornoques
y encinas. La presencia por
toda la Península de manchas de alcornoque
fuera del cuadrante suroeste
con amplias zonas en Gerona,
noreste de Barcelona y manchas en
Castellón, Galicia, Asturias, Málaga,
Granada, Murcia, Madrid, León, Valladolid,
Zaragoza, etc., hacen pensar
en una antigua área de distribución
mas grande en las zonas silíceas
de la Península.
Tras el deshielo del último período
glaciar las temperaturas se volvieron
suaves y el Homo sapiens, la única
especie humana que permanecía en
la Tierra, comenzó a desarrollar las
primeras civilizaciones, a desarrollar
la agricultura y la ganadería y a alte-
46 murcia enclave ambiental
rar el entorno natural que lo rodeaba.
Pero no sólo supuso el auge del
hombre, si no que también supuso
el renacimiento de la inmensa biodiversidad
vegetal que quedó reprimida
por las duras temperaturas de la
última época glaciar. Durante los primeros
3.000-4.000 años del Holoceno
imperaba en todo el planeta una
temperatura entre 0,5-2 o C superior
a la actual. Es lo que se conoce
como óptimo climático del Holoceno,
una época en la que las condiciones
para el desarrollo vegetal eran mucho
más favorables que las actuales
y que, por supuesto, aprovecharon
todos los organismos con capacidad
fotosintética para colonizar y repoblar
gran par te de los continentes.
El clima mediterráneo se instala
en diversos puntos del planeta, entre
ellos Europa occidental y nor te
de África. Bien pudo haber resurgido
tras haber sido opacado por la glaciación,
o bien pudo haberse instaurado
como un nuevo clima, aunque
independientemente de este hecho,
los organismos animales y vegetales
del actual clima mediterráneo iniciaron
sus relaciones y adaptaciones
hace unos 7.000-8.000 años, des-
plazando unas especies vegetales a
otras y estableciéndose los hábitats
actuales.
De este modo, en la Península Ibérica
y en el resto del Mediterráneo
occidental, los alcornoques super vivientes
de la glaciación resurgen y
se reproducen con más vigor, formando
tupidos bosques en los que
junto a carrascas, encinas, robles y
pinos devuelven a estos parajes mediterráneos
castigados por el frío su
vitalidad y su belleza.
En la Región de Murcia no era de
esperar menos. Pese a la escasez
de datos paleoecológicos, es previsible
que las condiciones climáticas
de la Región eran más que propicias
para el crecimiento y desarrollo de
alcornoques y otras grandes especies
arbóreas super vivientes.
A pesar de la gran cantidad de información
y fuentes disponibles, la
historia climática del Holoceno en
las áreas de clima mediterráneo no
ha sido establecida con claridad.
Cier tamente, hay cambios biólógicos
y litológicos durante esta época y
dentro del último milenio. Sin embargo,
todavía se está lejos de conocer
la cronología precisa, el carácter,