Argentinos en el Cerro Torre - Tecpetrol
Argentinos en el Cerro Torre - Tecpetrol
Argentinos en el Cerro Torre - Tecpetrol
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
RObERTO “KAKO” pARDIñAS<br />
con <strong>el</strong> brasileño Alexandre Port<strong>el</strong>a y <strong>el</strong> español Pepe<br />
Chaverri. 20 de febrero de 1992.<br />
Espolón sudeste. Vía d<strong>el</strong> Compresor.<br />
Fue una temporada con muy mal tiempo la que les tocó <strong>en</strong> esa ocasión a Roberto “Kako”<br />
Pardiñas, nacido <strong>en</strong> Bu<strong>en</strong>os Aires y con 34 años <strong>en</strong> aqu<strong>el</strong> <strong>en</strong>tonces y a Alexandre Port<strong>el</strong>a,<br />
oriundo de Río de Janeiro y con 27. Casimiro Ferrari, con qui<strong>en</strong> habían compartido unos<br />
quince días <strong>en</strong> <strong>el</strong> campam<strong>en</strong>to base, les había dicho: “No suban así, la pared está p<strong>el</strong>igrosa<br />
y van a <strong>en</strong>contrar dificultades donde no las hay”. Pero estaban decididos a int<strong>en</strong>tarlo, por lo<br />
que se vieron obligados a usar una estrategia muy especial: esperar al pie de la pared hasta<br />
que se pres<strong>en</strong>tara una de esas preciadas “v<strong>en</strong>tanas” de bu<strong>en</strong> tiempo que no duraban más<br />
de treinta horas y subir, aunque la vía estuviera cargada de hi<strong>el</strong>o y <strong>en</strong> muy malas condiciones<br />
para escalar. A último mom<strong>en</strong>to se les unió Pepe Chaverri, un español de 22 años, y<br />
otra cordada integrada por dos estadounid<strong>en</strong>ses.<br />
El 19 de febrero de 1992 salieron d<strong>el</strong> campam<strong>en</strong>to base “Maestri”. Era la sexta y última<br />
vez que lo int<strong>en</strong>tarían esa temporada. Dos años antes, <strong>en</strong> febrero de 1990, lo habían int<strong>en</strong>tado<br />
dos veces, pero sin éxito.<br />
Escalaron con dificultad durante tres horas hasta<br />
que llegaron a las cuevas <strong>en</strong> <strong>el</strong> “Hombro”, donde<br />
una semana antes habían dejado <strong>en</strong> un porteo sus<br />
cosas atadas a una cuerda fija, que se había roto<br />
por <strong>el</strong> movimi<strong>en</strong>to d<strong>el</strong> glaciar y la t<strong>en</strong>sión. Estuvieron<br />
cavando <strong>en</strong> <strong>el</strong> hi<strong>el</strong>o hasta la una y media de la<br />
mañana para <strong>en</strong>contrar la cuerda, pues allí estaba<br />
todo <strong>el</strong> equipo. Tomaron algo cali<strong>en</strong>te y retomaron<br />
la escalada a las cinco de la mañana d<strong>el</strong> 20 de<br />
febrero.<br />
La condición de las paredes les permitió llegar<br />
hasta las torres de hi<strong>el</strong>o <strong>en</strong> zapatillas de escalada.<br />
Kako soportando la torm<strong>en</strong>ta.<br />
En ocasiones se podía avanzar sin poner seguros y<br />
<strong>en</strong> otras había que limpiar la zona por diez minutos solam<strong>en</strong>te para poner un empotrador.<br />
El último tramo lo hicieron sin más que lo puesto. No llevaron comida ni abrigo de repuesto,<br />
tampoco bolsas de dormir, cal<strong>en</strong>tador o agua. Nada. Durante <strong>el</strong> asc<strong>en</strong>so soportaron<br />
una torm<strong>en</strong>ta de lluvia, hi<strong>el</strong>o y vi<strong>en</strong>to, con ráfagas de más de ci<strong>en</strong>to cincu<strong>en</strong>ta kilómetros<br />
por hora que bajó la temperatura veinte grados y los puso al límite <strong>en</strong> <strong>el</strong> que sus vidas<br />
dep<strong>en</strong>dían de los caprichos de la naturaleza. Hacía mucho frío. Alexandre fue arrancado de<br />
la pared por una ráfaga. Kako lo sost<strong>en</strong>ía con fuerza de la cuerda de rap<strong>el</strong> que cimbraba.<br />
Afortunadam<strong>en</strong>te la ráfaga cesó y Alexandre volvió a t<strong>en</strong>er contacto con la pared.<br />
A pesar de las dificultades y los constantes desafíos, se s<strong>en</strong>tían como <strong>en</strong> un sueño,<br />
motivados por una <strong>en</strong>ergía superior. Kako t<strong>en</strong>ía bu<strong>en</strong>os crampones así que usaba una sola<br />
piqueta, mi<strong>en</strong>tras que Alexandre escalaba con una <strong>en</strong> cada mano. El hi<strong>el</strong>o t<strong>en</strong>ía una p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te<br />
bastante pronunciada, de unos 75 grados, pero iban muy bi<strong>en</strong>. El compresor era un<br />
18