839/1587 Reedici.n (Quaderns 1) - Taller d'Història Local de Godella

en sus vidas y que son propuestos como referentes para nuestras propias actuaciones.
Con independencia de nuestras creencias e ideologías, si queremos entender
nuestra cultura occidental y sus manifestaciones artísticas, entre otras cosas se hace
necesaria una aproximación al conocimiento de los santos y a su iconografía.
Precisamente las fiestas patronales permiten aproximarnos a las figuras de los
santos y a su significado. Podemos actualizar sus enseñanzas, revisando las historias
y leyendas de sus vidas que han llegado hasta nosotros, interpretándolas críticamente.
San Sebastián, Patrono de Godella, es para nosotros un santo conocido y desconocido
al mismo tiempo. Era hijo de un caballero de Narbona y una señora de
Milán. Posiblemente nació en Narbona y fue educado en Milán. Pertenecía, pues, a
una familia noble y recibió una esmerada educación. A lo largo de su vida se dedicó
a la carrera de las armas, cursus honorum, e ingresó en el ejército romano el año
269. Según sus cronistas se convirtió en un soldado noble, valeroso y muy discreto,
condiciones que no pasaron desapercibidas a los emperadores Diocleciano y Maximiano.
Desde el año 284 gobernaba en Roma el emperador Diocleciano, si bien dos
años más tarde compartió su gobierno con el emperador Maximiano. Italia y el
Occidente vinieron a manos de éste último, mientras que Diocleciano se ocupaba de
Oriente. El mismo Diocleciano le nombró capitán de la primera cohorte o escuadra
y le agregó a su cuarto militar, cargo que sólo se daba a caballeros de ilustre linaje
muy conocidos y apreciados. Así mismo, le mandó que asistiese a su palacio y gustaba
de tratarle y encomendarle cosas de su servicio.
Sebastián era un protegido de los emperadores romanos del momento. Podía
conseguir todo lo que quisiera. Si hubiese sido adulador o hubiera coincidido con
las concepciones de Diocleciano y Maximiano o simplemente hubiera sido condescendiente,
habría podido tenerlo todo, poder, riqueza, posición e influencia social.
El poder no lo corrompió. Sebastián participaba de las creencias de los cristianos.
No hay noticias concretas de como fue su conversión, pero sabemos que el cristianismo
se expandía tanto entre las clases pobres como entre las acomodadas.
El mensaje cristiano cuestionaba los principios fundamentales de la estructura
política del Imperio Romano, por una parte la divinidad del emperador y por otra
defendía una cierta igualdad de los hombres ante Cristo, planteamiento que en su
desarrollo atentaba contra la sociedad esclavista. Diocleciano y Maximiano querían
defender la integridad del Imperio Romano, que ya había entrado en la crisis del tradicionalismo
de los emperadores, negativa de los cultos militares, influencia de los
funcionarios integristas, etc., se desencadenó la persecución de Diocleciano que fue
sin duda la más violenta de las desencadenadas contra los cristianos.
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