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AT y actuación.(Arthur Wagner) - eric berne

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El Niño de Lear está activado (lo cual puede ser un síntoma de vejez, que<br />

nosotros llamamos segunda infancia) y ansía desesperadamente ventajas. De ahí<br />

que el puntapié inicial de Lear entra en la forma de Padre benévolo y su acción<br />

social es" dividir su reino". Sin embargo, su objetivo es ulterior y viene de su<br />

Niño activado, un hecho que se revela por su línea inicial: “En el ínterim, vamos a<br />

manifestaros nuestro más encubierto designio”. El puntapié de la apertura sigue:<br />

LEAR. Decidme, hijas mías, ya que es ahora nuestra voluntad despojarnos de<br />

toda autoridad, intereses del territorio, cuidados del gobierno: ¿Cuál de vosotras<br />

nos ama más? Que nuestra mayor largueza se extienda sobre aquella cuyos<br />

sentimientos naturales merezcan mayor galardón. (Shakespeare, 2003:320).<br />

Gonerila y Regan, también con un Niño favorablemente activado (ávido)<br />

responden estereotipadamente , siendo su acción en el nivel social “expresar su<br />

amor filial," mientras el objetivo en el nivel psicológico es "conseguir el dinero".<br />

En la contestación a las respuestas estereotipadas, los tantos adoptan la forma de<br />

la liberalidad de Lear de la cual ambas hijas reciben la satisfacción. Cada tanto<br />

marca el fin de un golpe. El tercer puntapié de Lear se lo da a Cordelia. La<br />

contestación de ésta no es estereotipada y la transacción se cruza.<br />

La desesperación de Lear, como resultado de la transacción cruzada, es<br />

casi inmediata. Al principio él intenta darle otra oportunidad a Cordelia, pero<br />

cuando sus contestaciones continúan siendo no estereotipadas, él abandona el<br />

juego y su Niño queda patente. Kent magnifica la desesperación de Lear<br />

interrumpiendo de una manera no estereotipada, creando así otra transacción<br />

cruzada y atizando así la rabia de Lear. Al final del golpe, el Niño de Lear está<br />

casi totalmente al mando:<br />

LEAR. ¡Escúchame, perjuro! ¡Por tu vasallaje, escúchame!. Pues han intentado<br />

romper nuestro voto- a lo que Nos jamás hubiéramos osado- y, con obstinación de<br />

orgullo, has venido a interponerte entre nuestra sentencia y nuestro poder- lo que<br />

ni nuestro carácter ni nuestro rango puede consentir-, haremos buena nuestra<br />

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