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Josep P. Montaner<br />

Si atendemos a lo que hacen o<br />

no hacen los que en este momento<br />

ocupan el Ayuntamiento<br />

alfasino, vemos que el consistorio<br />

no va como exigen el lugar y<br />

los tiempos.<br />

El partido que, por un lado, promueve<br />

una Educación para la<br />

ciudadanía, por otro lado, coloca<br />

en el Ayuntamiento local<br />

a personajes afines a relaciones<br />

de súbditos pero no a relaciones<br />

ciudadanas. La falacia salta<br />

a la vista y cualquiera puede<br />

comprobar que educación y ciudadanía<br />

están en conflicto con<br />

figuras como, por ejemplo, el<br />

señor Granados. ¿Hacen falta<br />

aclaraciones? ¿O los popes locales<br />

juegan con dos barajas?<br />

Sólo es un detalle. Aunque un<br />

día podría ocurrir que ante ese<br />

eslogan que dice: “El Ayuntamiento<br />

más cerca de tu casa”,<br />

la gente se parta de risa; o que<br />

surjan organizaciones de objetores<br />

a la hacienda municipal y les<br />

cierren sus bolsillos... Porque<br />

es cierto que, de vez en cuando,<br />

todos los medios coinciden en<br />

advertir del peligro de resquebrajamiento<br />

de las instituciones.<br />

Y no será por causa de los ciudadanos.<br />

El que juega a ser político por<br />

intereses particulares sólo puede<br />

ser considerado como un cabecilla<br />

de embaucadores. Estar<br />

afiliado a un grupo político no<br />

convierte a nadie por arte de birlibirloque<br />

en persona de fiar y<br />

alguien que ni estaba en las listas<br />

electorales irrumpe sin ningún<br />

recato husmeando dependencias<br />

del ayuntamiento como<br />

si fuese su propiedad personal.<br />

¿Se respeta el derecho a la privacidad?<br />

¿O tenemos un alcalde<br />

extraoficial? ¿O es nostalgia<br />

feudal?<br />

El señor Vicente Pérez Lloréns<br />

cabalga de nuevo. Viajando del<br />

bar al ayuntamiento salta a la<br />

palestra como abanderado de<br />

“izquierda” y afirmando que<br />

tiene a la intelectualidad y la<br />

cultura en su huerto… ¡Qué pretensiones!<br />

Agita un carnet de izquierda<br />

soltando latinismos (él dice que<br />

le vienen a la cabeza, pero, ¿no<br />

se los dicta alguien?) como si la<br />

Ex concejal del dislate<br />

necedad con latinazos no fuese<br />

necedad. No citaré casos escabrosos<br />

con carnet de izquierda,<br />

pero haré una pregunta: ¿Puede<br />

explicar ese señor qué es ser un<br />

hombre de izquierda? Yo pienso<br />

que no. Y si no puede, ¿de qué<br />

presume? No existe un problema<br />

de “rojos” como insinúa ese<br />

señor a propósito de Raphael.<br />

Ridículo. ¿En qué siglo vive?<br />

El escenario de los rojos está<br />

en la memoria histórica, y no<br />

como actual bando diferenciado.<br />

Si se rasca un poco el maquillaje<br />

“rojo” que llevan algunos<br />

veremos que debajo hay “un<br />

marrón”. En fin, igual que hay<br />

deslocalización de empresas,<br />

también hay deslocalización de<br />

personas: las que no están donde<br />

tendrían que estar.<br />

Comprendo muy bien al premio<br />

Nobel de Física, Stephen<br />

Hawking, cuando le preguntaron:<br />

¿Izquierdas o derechas?, y<br />

respondió irónico: Ah, yo soy<br />

izquierdoderecho. Por cierto,<br />

Groucho Marx, que no se deja<br />

monopolizar por nadie, viene a<br />

decir lo mismo: Estos son mis<br />

principios. Si no le gustan tengo<br />

otros. El pibe conocía muy bien<br />

la condición humana, ¿no? (Y<br />

yo tengo la total convicción de<br />

que, si el juego es limpio, el señor<br />

Pérez Lloréns es de los que<br />

nunca ganará ni una batalla.)<br />

Por otro lado, define muy mal al<br />

intelectual. El trabajo de un intelectual<br />

también incluye hacer<br />

de contrapeso en la balanza de<br />

las tensiones sociales y ayudar a<br />

buscar un equilibrio. Y no puedo<br />

imaginar que un intelectual<br />

honesto comparta las cosas sin<br />

enjundia que vocea por ahí el<br />

señor Pérez Lloréns.<br />

Pretende que la cultura es algo<br />

que se da en un grupo y no en<br />

otro. Curioso cóctel de “izquierda”<br />

con ideas reaccionarias, la<br />

cultura considerada como un<br />

gueto. Como si la cultura, igual<br />

que la poesía o el aire que respiramos,<br />

pudiese ser propiedad<br />

particular de un grupo. Con tan<br />

poco espacio para respirar ya se<br />

habría asfixiado, como sucede<br />

en las autocracias, que también<br />

entienden la cultura como la<br />

entiende este señor que parece<br />

que le complacería imponer su<br />

particular dictadura cultural en<br />

L’Alfàs.<br />

Por fortuna, las personas con<br />

sensibilidad para ese tema tienen<br />

una idea totalmente opuesta,<br />

y por cultura entienden, por<br />

decirlo brevemente, un conjunto<br />

universal de producción, hechos<br />

y conocimientos muy diversos,<br />

y cada persona se inclina por la<br />

parte de la cultura que más le<br />

gusta, la que le interesa o la que<br />

le conviene.<br />

Su exposición, sin más detalles,<br />

sobre las cuentas públicas es<br />

pura retórica. Incapaz de saber<br />

persuadir, recurre al sofisma.<br />

Autorizar, fiscalizar y consignar<br />

no es garantía si lo hace él, o se<br />

obtiene como favor de amigos,<br />

o se “arreglan” los informes...,<br />

hay muchas maneras de manejar<br />

las cuentas públicas y todo el<br />

mundo lo sabe. Si quiere ejemplos<br />

hay una lista.<br />

Pero veo en su texto que también<br />

presume de navegar en aguas<br />

de la psicología para llegar a<br />

la “traición del subconsciente”<br />

del señor Galiana. Y como un<br />

barco que se hunde en el momento<br />

de su botadura, el señor<br />

Lloréns naufraga en la misma<br />

orilla. De hecho, de su propio<br />

escrito se deduce que el señor<br />

Galiana, como mínimo plantea<br />

problemas reales, y luego se expresa<br />

con corrección. Podemos<br />

concluir que el señor Lloréns, o<br />

no es capaz de entender lo más<br />

elemental y que todo el mundo<br />

entiende, o bien le ciega la malevolencia.<br />

También debe conocer el subconsciente<br />

de los actores para<br />

decir: “los actores ‘piensan’ y<br />

hablan con libertad”. Una frase<br />

manoseada, poco delicada y de<br />

aduladores. Siempre hubo lamecrestas.<br />

Enjabonar, o hacer discriminatorias<br />

diferenciaciones<br />

es un mal recurso. ¿Puede decir<br />

qué es la Libertad? Decir lo que<br />

a uno le da la gana puede ser,<br />

por ejemplo, una insolencia. La<br />

Libertad es otra cosa. Y no pienso<br />

que la mente y la palabra de<br />

los actores sean mejor o más libres<br />

que la de las otras personas.<br />

¿A qué vienen agasajos fuera de<br />

contexto? Eso, y la indecencia<br />

de premiar o dar medallas, no<br />

según los méritos, sino según la<br />

Del 2 al 8 de octubre 5<br />

tendencia, deteriora la vida democrática.<br />

Otra cosa es el Teatro (y el cine<br />

también), donde sí existe una<br />

libertad total para representar y<br />

reírse o criticar lo que sea, a Dios<br />

o al diablo, al rey o al bufón, en<br />

el teatro cabe todo y nadie se enfada<br />

por eso, por algo la libertad<br />

de expresión se representa con<br />

dos máscaras teatrales. Pero,<br />

el señor Pérez Lloréns otra vez<br />

confunde churras con merinas.<br />

No conozco al señor Galiana,<br />

pero suscribo lo que dice del<br />

Festival de Cine de L’Alfàs. Soy<br />

uno más de los que no van a ese<br />

festival, de tanto que me gusta el<br />

cine. No se logra un valor generoso<br />

si la finalidad es mezquina<br />

y con los años los organizadores<br />

no mejoran. Por mucho que digan,<br />

las ideas y la imaginación<br />

no son sus virtudes y tras 20<br />

años de subvenciones ese festival<br />

ni es espejo ni ha abierto<br />

ventanas. Sin un valor cinematográfico<br />

del cual poder disponer,<br />

para distinguir su festival echan<br />

mano de un rocambolesco, “de<br />

interés autonómico”, que redondea<br />

la bufonada. A la medida del<br />

señor Pérez Lloréns. Dicen que<br />

el Rey Midas convertía en oro<br />

todo lo que tocaba; pues éstos<br />

todo lo que tocan se vuelve un<br />

buen buñuelo. La distinción que<br />

merece es la de la ramplonería.<br />

Y es de lamentar.<br />

Finalmente, añadiré que un escrito<br />

puede parecer formal y, al<br />

mismo tiempo, ocultar barbaridades,<br />

trampas y mentiras. Pero<br />

también existe esa arqueología<br />

aplicada a la escritura que sirve<br />

para sacar a la luz lo que se<br />

quiere ocultar. Y podría ser que<br />

el subconsciente que más destaca<br />

en el artículo del señor Pérez<br />

Lloréns sea su propio subconsciente.<br />

Y de hecho así es, pero<br />

callo.<br />

Por descontado, eso también<br />

vale para lo que yo escribo. Sólo<br />

que, a mi favor, puedo decir que<br />

no me atemoriza mi subconsciente,<br />

nos llevamos bien y dejo<br />

que fluya, si quiere.<br />

Hasta luego.

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