27 de Diciembre del 2012 - Distrito 4200
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Para la reflexión<br />
Causa y Efecto<br />
Por: PDG Santiago Ancona Teigell<br />
Nota <strong>de</strong>l editor:<br />
Toda gran organización, como la nuestra, con más <strong>de</strong> 100<br />
años <strong>de</strong> existencia, se enfrenta en su trayectoria a<br />
cambios, crecimiento y evolución. Los cambios no son<br />
malos en la medida que se fundamenten en principios<br />
sólidos como los <strong>de</strong> Rotary. Ahí veces que se equivoca el<br />
rumbo, y hay que hacer una pausa y corregir. Y hay veces<br />
que hay viento favorable y los cambios son provechosos y<br />
lo único que hay que hacer es seguir a<strong>de</strong>lante. Los<br />
cambios <strong>de</strong> rumbo y la navegación errática se <strong>de</strong>ben a<br />
múltiples factores, y no hay que temerles, lo importante es<br />
saber enfrentarlos y saber corregir el timón con mano firme<br />
y actitud positiva. Como lo dije anteriormente, navegamos<br />
en un barco sólido, no temamos a los errores, sepamos<br />
como enfrentarlos y corregirlos. Para ello la crítica tiene<br />
que nacer <strong>de</strong> nosotros mismos, <strong>de</strong> los verda<strong>de</strong>ros<br />
enamorados y creyentes en los principios <strong>de</strong> nuestra<br />
organización.<br />
“No hay error más peligroso que el <strong>de</strong> confundir el efecto<br />
con la causa. Consi<strong>de</strong>ro que es ésta la verda<strong>de</strong>ra<br />
perversión <strong>de</strong> la razón”. Fe<strong>de</strong>rico Nielzche<br />
Hoy en día, lo que me impacta, es preguntarme en qué<br />
momento me llegué a convertir en el ogro <strong>de</strong>l cuento, en<br />
qué momento <strong>de</strong>jé <strong>de</strong> ser el niño bondadoso para<br />
convertirme en el huraño y mal humorado enojón; qué<br />
circunstancias lograron provocar esta transformación,<br />
cómo pu<strong>de</strong> llegar a ser lo que soy.<br />
Recuerdo también, un pedazo <strong>de</strong> una poesía <strong>de</strong> mi padre,<br />
en la que narraba una carta al niño Dios, pues en esa<br />
época no tenían la costumbre <strong>de</strong> pedírselo a Santa Claus,<br />
en la que le pedía <strong>de</strong> regalo <strong>de</strong> navidad un nuevo corazón.<br />
Un corazón que latiese y funcionase como un nuevo<br />
relojito, pues el suyo con el paso <strong>de</strong> los años y los<br />
<strong>de</strong>sengaños ya no podía funcionar, ya no podía amar. Un<br />
corazón nuevo que supiese perdonar, que supiese <strong>de</strong><br />
alegrías y felicidad, <strong>de</strong> esperanzas e ilusiones y <strong>de</strong> sueños<br />
en la mar. Un corazón nuevo con el cual él pudiese a los<br />
hombres volver a amar.<br />
Cuando era pequeño, leí un cuento <strong>de</strong> niños, en el que se Y yo pensaba, en mi pequeña cabecita, que a quién se le<br />
narraba la historia <strong>de</strong> una persona adulta que vivía pudiese, en un momento, su corazón quebrar, que cómo<br />
encerrada en su casa, la cual era enorme y que poseía un con el paso <strong>de</strong> los años, el corazón pudiese <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> amar<br />
inmenso y hermoso jardín ro<strong>de</strong>ado por una barda muy alta por los muchos <strong>de</strong>sengaños que tuvo que afrontar, cómo el<br />
para protegerlo <strong>de</strong> que nadie pudiera entrar a él. corazón simplemente, podía <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> hacer sueños en la<br />
mar.<br />
Se explicaba en ese cuento, que la persona que habitaba<br />
la casa era muy enojona, que poseía un mal carácter y que Varias décadas <strong>de</strong>spués, me encontraría una navidad<br />
no le gustaba visitar a los <strong>de</strong>más ni ser visitado tampoco. pidiéndole al niño Dios también, un nuevo corazón, para<br />
Que vivía aislado y sin compartir con nadie sus riquezas y po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> nuevo amar y hacer sueños en la mar; pues el<br />
posesiones, un ser totalmente amargado y agrio para con mío, con el paso <strong>de</strong> los años y los muchos <strong>de</strong>sengaños, se<br />
la vida. Una persona muy rica y temida por todos, y por lo había endurecido y no quería ya más trabajar.<br />
mismo, no querida por nadie, pues su misma forma <strong>de</strong> ser<br />
alejaba a las personas <strong>de</strong> él. Se le consi<strong>de</strong>raba casi, casi Hoy estoy aquí tratando <strong>de</strong> aclarar, si los muchos<br />
un ogro. <strong>de</strong>sengaños en el paso <strong>de</strong> los años, fueron los que al final<br />
causaron que cambiara <strong>de</strong>l niño <strong>de</strong> bondad al adulto <strong>de</strong><br />
Y cuenta la narración, que un buen día, un pequeño niño oscuridad. Estoy aquí tratando <strong>de</strong> justificar, si la vida es la<br />
logró entrar a su jardín en busca <strong>de</strong> su pelota extraviada y causante <strong>de</strong>l <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> mi ser, si es ella la culpable <strong>de</strong><br />
que entrando en contacto con el temido dueño <strong>de</strong> la casa, que cambiara sueños por amarguras, esperanza por<br />
logra con su bondad y sincero afecto, conquistar el <strong>de</strong>silusión.<br />
maltrecho corazón <strong>de</strong>l ogro y hacer que renaciera en él la<br />
bondad y el afecto hacia los <strong>de</strong>más, llevándolo a compartir Pero me enfrento en esta justificación con una <strong>de</strong> las<br />
sus riquezas con los que menos tenían. afirmaciones más <strong>de</strong>moledoras <strong>de</strong> Fe<strong>de</strong>rico Nielzche: “No<br />
hay error más peligroso que el <strong>de</strong> confundir el efecto con la<br />
Recuerdo que lo que más me impactaba <strong>de</strong> este cuento, causa. Consi<strong>de</strong>ro que es ésta la verda<strong>de</strong>ra perversión <strong>de</strong><br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong>l niño y su gran corazón, que hasta la razón"<br />
cierto punto lo veía natural, era la maldad <strong>de</strong>l personaje<br />
adulto, su gran enojo hacia todo y todos, su amargura e Y ante esta afirmación, no tengo más remedio que<br />
infelicidad. Se me hacía difícil aceptar y compren<strong>de</strong>r, que enfrentar que la causa <strong>de</strong> mi transformación no está en los<br />
pudiesen existir personas que fueran así como el ogro <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sengaños <strong>de</strong> la vida, que no fue eso lo que <strong>de</strong>sbarató mi<br />
cuento, y que pudiesen ser y vivir <strong>de</strong> esa tan triste manera. corazón y me llevó a la <strong>de</strong>generación <strong>de</strong> mi ser. Más bien