EL HORIZONTE DE LA DESDICHA (EL PROBLEMA DEL ... - RUA
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A.L.E.U.A./12 FRANCISCO JOSÉ MARTIN<br />
de mostrar una vía capaz de eliminar e! dolor y los pesares de la vida humana,<br />
señala dos posibilidades: la contemplación estética, que es provisional, y la negación<br />
de la voluntad de vivir que pone en práctica el ascetismo. En la primera de<br />
ellas, la aprehensión estética, la voluntad desaparece, y con ella los padecimientos<br />
que causa; es la contemplación del objeto puro desde el sujeto del conocimiento<br />
privado de voluntad, es decir, liberado de sí mismo, una inteligencia pura, sin intenciones<br />
ni fines, que contempla la voluntad objetivada (Schopenhauer 1851, vol.<br />
II, 205). El goce estético consiste, pues, en la eliminación del sufrimiento, en la<br />
negación de la voluntad. Pero la contemplación estética precisa de la genialidad<br />
como requisito indispensable. Genio es quien se alza por encima de la inercia del<br />
Principio de Razón Suficiente, quien transfigura artísticamente la vida y la transforma.<br />
Ahora bien, la contemplación estética, dándose como se da dentro de la<br />
vida, no puede ser más que una consolación transitoria, pues, en definitiva, no<br />
liberándonos de la vida no puede liberarnos de la voluntad, su acción no puede ser<br />
más que una suspensión provisional. El genio marca un límite de intensidad desde<br />
el que se anula la voluntad, pero de ese estado límite se vuelve a caer en la vida, es<br />
decir, se precipita de nuevo en los oscuros dominios de la voluntad.<br />
La otra vía señalada por Schopenhauer es la del ascetismo o la santidad, y<br />
consiste en la negación de la voluntad de vivir, en llevar a cabo la "eutanasia de la<br />
voluntad". Es la vía hacia la Nada; sólo que "mientras seamos esa misma voluntad<br />
de vivir, aquella otra realidad [la Nada] no podrá ser comprendida y expresada por<br />
nosotros más que como cosa negativa [...] lo que queda después de la supresión<br />
total de la voluntad para aquellos a quienes la voluntad anima todavía no es más<br />
que la nada efectivamente. Pero, a la inversa, para aquellos en quienes la voluntad<br />
se ha suprimido y convertido, este mundo tan real, con todos sus soles y sus vías<br />
lácteas, es verdaderamente la Nada" (Schopenhauer 1819, 71). La vía de la salvación<br />
es el título del Suplemento n° 49 a El mundo como voluntad y representación;<br />
en este capítulo es donde Schopenhauer ha descrito y explicado mejor la<br />
consistencia de este camino de perfección 18 . "Al fin de la salvación y de la reden-<br />
español, y en especial de Gracián, iba a ser especialmente fructífera para la cultura española; en los<br />
textos de Schopenhauer los jóvenes del 98 iban a descubrir no su propia tradición, que acaso conocieran<br />
ya, sino algo más importante: el valor de actualidad y la vigencia que la tradición española poseía<br />
respecto a los problemas de aquel presente. Emblemático resulta, en este sentido, el descubrimiento de<br />
Gracián por parte de Azorín, algo de lo que éste dio noticia en un artículo titulado significativamente<br />
"Nietzsche, español: una conjetura" (1903); es decir, que Azorín descubre un Gracián vivo, cultural mente<br />
activo y operante, a través de la nebulosa nietzscheano-schopenhaueriana de nuestro final de siglo, y lo<br />
refiere, como indica el título, a este horizonte. "España necesitaba comunicación estrecha con Europa.<br />
Nosotros veíamos entonces representada a Europa, principalmente, por Federico Nietzsche. El libro de<br />
Henri Lichtenbergcr La philosophie de Nietzsche, publicado en el mismo año que da nombre a la generación,<br />
1898, corrió de mano en mano. En 1902 publicaba yo en El Globo, diario de Madrid, dos<br />
artículos titulados Un Nietzsche español, en que examinaba las analogías entre Gracián y Nietzsche,<br />
analogías que, andando los años, habían de ser estudiadas en el extranjero con minuciosidad y atención"<br />
(Azorín 1941, cap. XXV).<br />
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