Catálogo - Biblioteca de Puente Alto

d Sobre el vampirismo en la literatura c
El vampiro se define como una criatura que se alimenta de la sangre de otras personas para así poder vivir.
Su origen se remonta al folclore popular, que de generación en generación, le fue otorgando características,
incluso comunes pese a que las historias se contaran en distintos continentes, regiones o culturas: tez pálida,
grandes colmillos para desangrar a sus víctimas y beber su sangre, habilidades sobre naturales como
fortaleza, poder volar, convertirse en murciélago u otros animales o insectos y pese a que son prácticamente
indestructibles, los rayos del sol pueden ser letales, por eso viven de noche y duermen de día.
Los vampiros tienen distintos nombres en diferentes latitudes: Vieszcy en Rusia; Dearg-due en Irlanda o
Chian Shit en China.
Sin embargo, a partir del siglo XVIII el vampiro pasa de ser un ente fundamentalmente folclórico para ser
considerado como protagonista dentro de la literatura, de hecho, después de las baladas góticas de aquel siglo,
se vislumbra el primer relato vampiresco llamado “El vampiro” del inglés John William Polidori en 1819.
Desde allí diversos autores en distintas épocas han narrado historias de los “no muerto”, llegando a uno de los
casos más célebres con la edición de la novela “Drácula” (1896) del escritor Irlandés Bram Stoker, basada en
el caso real de Vlad Tepes o Vlad Dracul, un antiguo príncipe rumano del siglo XV que bebía la sangre de las
personas a las cuales condenaba y torturaba.