Noticias del Mes de Enero - Santuario Nuestra Señora de los Milagros

MIÉRCOLES DE CENIZA - COMIENZA EL TIEMPO DE OPORTUNIDADES
Empezamos hoy el tiempo de Cuaresma. O mejor dicho, empieza hoy el gran
tiempo Pascual de la Iglesia. Cuarenta días de preparación para la Pascua y
después cincuenta días de celebración gozosa de RESURRECCIÓN DEL SEÑOR y
de la presencia salvadora de SU ESPÍRITU.
Comenzamos, pues, el tiempo fuerte de la Comunidad cristiana. Pocas veces se
nos presenta en nuestra vida una oportunidad como esta: encontrarnos con el Amor
y la Misericordia de Dios siempre dispuesto a acogernos.
No desaproveches este tiempo, Dios, hoy te llama por tu nombre.
PARA MEDITAR y LLEVAR A LA ORACIÓN
Desde tiempos antiguos el signo penitencial por excelencia era rasgarse las
vestiduras, vestirse de sayal y cubrirse la cabeza con ceniza. Este gesto no era una
acción meramente externa sino una acción que exigía una conversión interior.
Convertirse significa "un cambio de actitudes internas que se manifiesten en obras
de amor hacia los demás". Es decir, reconocer con espíritu arrepentido la
inhumanidad en la que vivimos, el pecado que habita entre nosotros, y querer
combatirlo.
Por eso, en este día, se nos invita a los cristianos a tomar conciencia de neutro
pecado y a reconocer que no somos testigos de la Verdad, que nos queda mucho
camino por recorrer. Es lo que nos recuerda, durante este camino cuaresmal, los
tres medios que nos propone Jesús en el Evangelio: ayuno, limosna y oración.
AYUNO: nos predispone y ayuda a cultivar la apuesta decidida, sin titubeos de clase
alguna, por Dios.
LIMOSNA: grita en nosotros que nada es mío; que lo nuestro es la fraternidad que
nos lleve a vivir una vida de hijos; compartiendo incluso aquello que creemos
necesitar.
ORACIÓN: nos invita a mirar las cosas y la vida más allá de nosotros mismos; con
los ojos del Padre, colgado de él, como lo hizo Jesús; seducidos por el proyecto de
fraternidad de Dios, apasionado por su sueño de nueva humanidad.
Y, por otra parte, la realidad deteriorada del mundo en el que vivimos necesita gente
dispuesta a trabajar, a cambiar las estructuras de injusticia que cada vez nos van
oprimiendo más. Se necesitan corazones convertidos y libertadores dispuestos a
darlos todo sin esperar nada a cambio.
De aquí la importancia de cultivar, durante este tiempo, un corazón abierto y sincero
que viva en coherencia, no en el mero gesto externo y ritualista como nos dice el
profeta Joel: "... rasgad vuestros corazones y no las vestiduras". Es nuestro interior
lo que debe convertirse y para ello Dios siempre estará dispuesto a derramar las
gracias suficientes sobre nosotros. Abrirse o cerrarse a la conversión es abrir o
cerrar la puerta al mismo Dios.
(C) 2008 – Noticiario Santuario Ntra Señora de los Milagros - 16