Estudios Revista Ecléctica. Número 151 - Christie Books

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19 3 6
Año XIV - Núm. 151
REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN
Revista ecléctica Publicación mensua!
APARTADO 158. — VALENCIA Estudios
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YA se han celebrado las elecciones. Ya han
triunfado las izquierdas, como anuncié
aquí en la nota anterior, y por las razones
qué anuncié. Vamos a ver, ahora,
qué hacen de su victoria. Vamos a ver si ponen
en libertad a 30.000 presos, y al cabo de poco
tiempo tienen otros 30.000 hombres encarcelados.
Vamos a ver si, como la otra vez, cierran
el paso al proletariado y lo abren a la reacción
(en realidad, es explicable que las izquierdas
burguesas procedieran así; lo que no tiene explicación
es que colaboraran con ellas, en semejante
tarea, los representantes de un partido
proletario). Vamos a ver si, también como la
otra vez, apenas se cuidan de otra cosa que de
crear medios represivos para dejarlos en herencia
—si antes algo que no sean unas elecciones
no lo remedia— a las gentes que quieren que
todo siga como está, o llevarnos a una situación
peor aún que la presente.
Realmente, así es de temer. La democracia
burguesa puede hacer muy poco ante los problemas
que el mundo tiene planteados. ¿Qué va a
hacer la democracia burguesa española ante las
manifestaciones de esos problemas aquí? Ir
tirando. Nada más. Pero en ese ir tirando tropezará
con mil inconvenientes. ¿Cómo los sorteará?
Claro que es posible sortearlos más honrosamente
que los sorteó en su anterior etapa.
¿Lo hará? Dejemos la pregunta sin respuesta.
El tiempo se cuidará de contestarla.
Desde luego, aun admitiendo que aproveche
la experiencia de sus tremendos errores de la
otra etapa, resolver, lo que se llama resolver, no
resolverá nada. Nada fundamental, se entiende.
Las resoluciones fundamentales que exige nuestro
tiempo llevan implícita la desaparición de la
sociedad burguesa y de la democracia burguesa,
por tanto. ¿Cómo va, pues, una democracia
burguesa a resolver nada fundamental?
Pequeñas tareas, sí tiene muchas ante sí, susceptibles
de ser resueltas, la democracia burguesa
española. Por ejemplo, aparte de poner
en libertad a los 30.000 presos políticos y sociales
que hay en las cárceles, cosa ya acordada,
aliviar en lo que es posible dentro del régimen
burgués el hambre que reina en los campos españoles,
el paro forzoso a que están sometidos
muchos campesinos de España, no porque en
realidad falte trabajo, sino porque a los terratenientes
no les da la gana de ocuparles, sencillamente
porque muchos de esos campesinos sienten
simpatías por la democracia burguesa. Este
hecho, comprobable para quien quiera que ponga
empeño en ello, facilitaría la realización del
alivio del hambre y del paro forzoso que no
obedece a otra causa que al capricho de los que
no admiten ni siquiera la democracia burguesa.
Es probable que ni esta minúscula tarea se lleve
a cabo. Digo minúscula para los que habrían de
realizarla. Porque para los que se mueren, literalmente,
de hambre, no es de ningún modo minúscula.
Admitir que la democracia burguesa puede
aliviar el hambre de los campesinos, hacerla
menos aguda de lo que es en estos momentos,
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