LENGUAJE Y ESCRITURA EN ROBERTO ARLT
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justamente aquella que escapa de la rigidez de las normas impuestas. Así, lo nota afirma en uno<br />
de sus significativos pasajes: “Con los pueblos y el idioma, señor Monner Sans, ocurre lo mismo.<br />
Los pueblos bestias se perpetúan en su idioma como que, no teniendo ideas nuevas que<br />
expresar, no necesitan palabras nuevas o giros extraños; pero en cambio, los pueblos que, como<br />
el nuestro, están en una continua evolución, sacan palabras de todos los ángulos, palabras que<br />
indignan a los profesores, como lo indigna a un profesor de boxeo europeo el hecho inconcebible<br />
de que un muchacho que boxea mal le rompa el alma a un alumno suyo que, técnicamente, es<br />
un perfecto pugilista”. 6<br />
Con el peculiar estilo que caracteriza su escritura, Arlt opone de ese modo la creatividad<br />
lingüística a las reglas que enseñan los profesores (como el propio Monner Sans, podría<br />
lógicamente agregarse). Y la creatividad lingüística, una vez más, aparece situada en el territorio<br />
insubordinado de la cultura y las prácticas propias de los sectores populares.<br />
Haciendo gala de una notable coherencia, en sus textos específicamente literarios (como son,<br />
por ejemplo, sus novelas y cuentos), Arlt utiliza ese idioma popular al que consideraba el<br />
instrumento más apropiado para manifestar la singular visión del mundo en que le tocó vivir. Por<br />
tal razón, su lenguaje literario se construye en gran medida a partir de las formas coloquiales y<br />
populares del español hablado por los habitantes de Buenos Aires, modulado por un decir<br />
idiosincrásico del Río de la Plata y contaminado por giros y expresiones propios de otros idiomas<br />
a los que habían introducido las multitudes de inmigrantes que accedían a la Argentina desde<br />
fines del siglo XIX. En rigor, debería decirse que Arlt construye una lengua literaria que mezcla<br />
diversos registros verbales, puesto que en sus textos se reconocen asimismo formas castizas de<br />
un español de folletines, que representa la lengua de traducción por la cual pudo acceder a la<br />
lectura de múltiples autores europeos de consumo popular. Debe recordarse que, en tal sentido,<br />
se ha dicho que Arlt es un lector de traducciones, lo que acota y determina de un modo singular<br />
el universo verbal con el que trabaja.<br />
Desde esa perspectiva, puede afirmarse en consecuencia que Arlt es un autor de una única<br />
lengua, aunque dentro de ese espacio adopta voces de origen extranjero que el habla popular ha<br />
incorporado. Por consiguiente, esa modalidad de su escritura es una constante que atraviesa la<br />
totalidad de sus textos, proyectándose tanto a nivel de sus textos literarios como a nivel de sus<br />
textos periodísticos.<br />
Por haberlos tratado en otros trabajos a los que remitimos, no insistiremos en este caso en<br />
comentar los contenidos de las aguafuertes porteñas, aunque sí quisiéramos subrayar<br />
nuevamente cierta característica de sus textos, consistente en la capacidad de reflexionar acerca<br />
de la naturaleza y de los usos propios del instrumento expresivo con que trabaja su autor. 7 En<br />
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