EL CAMPO LUMINOSO H. P. BLAVATSKY - GutenScape.com
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Miss H…suspiró, se sonrió y sonrojó alternativamente con la natural emoción. Después<br />
concentró de nuevo su pensamiento, y he aquí ya que al par el barco se aleja y desaparece. El<br />
espejo mágico queda unos momentos sin panorama. Mas bien pronto otras manchas<br />
luminosas aparecen en su faz, que <strong>com</strong>ponen al fin el ámbito de una biblioteca con alfombra y<br />
cortinones verdes. Ante un montón de libros y sentado en una frailera, está escribiendo un<br />
anciano a la luz de la lámpara. Su cabello es gris y está peinado hacia atrás; su cara toda<br />
afeitada y respirando benevolencia…<br />
El derviche hizo entonces un pequeño movimiento con la mano, imponiéndonos silencio. La<br />
luz del mágico campo palideció y de nuevo que damos sin ver imagen ninguna. De allí a poco<br />
tornó a mostrársenos Constantinopla, y con ella nuestra habitación del hotel con sus libros y<br />
periódicos sobre la mesa; el sombrero de viaje de mi amiga colgado en la percha, y sobre su<br />
cama el vestido que se había quitado aquella mañana para venir. Los detalles más reales<br />
<strong>com</strong>pletaban el cuadro, y para mayor maravilla vimos sobre la mesa dos cartas sin abrir,<br />
recién traídas por el correo y cuya letra de los sobres al punto fue reconocida por mi amiga.<br />
Eran ambas de un pariente suyo muy querido, por cuyo silencio se sentía inquieta hacía días.<br />
Nuevo cambio de la mágica escena, y henos ya <strong>com</strong>o en el cuarto ocupado por el hermano<br />
de Miss H…, quien yacía echado hacia atrás en un sillón, mientras que un criado le ponía<br />
paños en la cabeza, de la que con horror vimos que salía sangre. No acertábamos a<br />
explicarnos aquello, habiéndole dejado hacía una hora y en perfecta salud. Miss H…lanzó un<br />
grito, y cogiéndome presurosa por la mano se lanzó hacia la puerta. Llegamos presurosos a<br />
casa, pudiendo <strong>com</strong>probar, en efecto, que el joven hermano de Miss H…acababa de caerse<br />
por la escalera, produciéndose una herida de<br />
escasa importancia; que sobre la mesa de nuestro gabinete esperaban, recién traídas, dos<br />
cartas dirigidas a Miss H…por un pariente desde Atenas. No me faltó más para <strong>com</strong>probar en<br />
un todo nuestras visiones de el campo luminoso del espejo mágico del derviche, sino tomar un<br />
carruaje, dirigirnos hacia el Ministerio de Hacienda, en cuyo foso, tal y <strong>com</strong>o tuviese la<br />
desdicha de verle en aquel espejo, estropeado, famélico, pero aún con vida, yacía mi hermoso<br />
perdiguero, rodeado de otros perros de mal aspecto que cazaban moscas…