EL RETO DE SER JUEZ GARANTISTA Y NO MORIR EN ... - EGACAL
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LA FE D<strong>EL</strong> HOMBRE <strong>EN</strong> SÍ MISMO O LA LUCHA POR LA LIBERTAD A TRAVÉS D<strong>EL</strong> PROCESO<br />
Demás está decir que siempre cultivé lo que mi titular de cátedra 1 denominó Derecho<br />
Procesal en serio, que yo irrespetuosamente intenté morigerar llamándolo científico y que<br />
precisamente en las clases de la Maestría, su director denominó garantismo. De hecho en mi<br />
ámbito laboral, léase la ciudad de Santa Fe, he sido distinguido y a su vez señalado y apartado<br />
por profesar esta posición: la de ser garantista. Por ello, ni bien asumí en el cargo, inmediatamente<br />
me han observado y observan a ver si ahora cumplo con lo que pregoné.<br />
Allí comienzan los problemas y mi discrepancia con lo que comentaba Adolfo.<br />
Corren tiempos difíciles. Tiempos en los cuales asistimos a un verdadero «vale todo», en<br />
los cuales precisamente, el ser garantista debe ser un orgullo. Precisamente, a los garantistas<br />
nos acusan de ser formalistas, de permitir, por ese excesivo apego a las formas el prohijamiento<br />
de miles de incidentes, descuidando el «verdadero objeto del proceso que no es otro –obviamente<br />
que equivocado – que la búsqueda de la verdad objetiva, la verdad real», «debería ser indudable<br />
– aunque haya quienes discrepen – que en todo proceso judicial el fin es la averiguación de la<br />
verdad y por ello es que aquella es la que en definitiva debe prevalecer sobre cualquier propuesta<br />
que enchaquetada en rigorismos formales, llegue a ser incompatible con la legítima defensa del<br />
interés público.» 2 Desde ya que no comparto esta posición.<br />
Pero, también pienso que esa postura ideológica – doctrinaria no radica en un pensamiento<br />
político autoritario ni mucho menos, creo que, como bien lo enseña Adolfo Alvarado en sus<br />
clases, verdaderos ideales de justicia que animan en sus pechos, son los que lo llevan a plantear<br />
sus puntos de vista, equivocados por cierto.<br />
Aquí es donde empiezan mis problemas y donde mis amigos y colegas hacen fila para<br />
observar «mis movimientos». ¿Seré capaz de respetar a ultranza lo que pregoné, pregono y por<br />
cierto seguiré pregonando.?<br />
Observo en mi nuevo puesto de trabajo un dejo de desgano por el estudio de las verdaderas<br />
instituciones jurídicas que son los pilares fundamentales de la ciencia jurídica, y en cambio, un<br />
fomento desmesurado por estudios parcializados de institutos, que a veces ni siquiera llegan a<br />
esa categoría, sino que son simples ideas de algunos que tienen acceso a formas de difusión y<br />
que son recogidos por algún fallo trasnochado, para de allí en más comenzar a edificar la<br />
doctrina y jurisprudencia conteste.<br />
Mientras tanto…..<br />
Cada vez hay más y más justiciables que son llevados a verdaderas aventuras judiciales<br />
por un simple afan de lucro sin importar el verdadero sentido social de la profesión que eligieron<br />
como medio de vida prohijados por Jueces paternalistas que suplan sus carencias procesales 3 .<br />
Es decir, es el reino del revés.<br />
Los jueces que han sido catalogados como activistas o decisionistas, son los que, con su<br />
actuar están permitiendo la proliferación de incidentes o recursos, que realmente deben ser<br />
1 Durante 17 años fui Jefe de Trabajos Prácticos y posteriormente Adjunto del Dr. Pedro Ramón Sobrero en la Facultad de<br />
Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral.<br />
2 Discurso inaugural del Presidente de la Comisión Organizadora del XXII Congreso Nacional de Derecho Procesal. Paraná 2003.<br />
Libro de ponencias Tomo 1 pág.VIII<br />
3 Cfr. Benabentos Omar, Teoría General Unitaria del Derecho Procesal. Ed.Juris.Rosario 2001, pág.35.<br />
AAV