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EL RETO DE SER JUEZ GARANTISTA Y NO MORIR EN ... - EGACAL

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372<br />

LA FE D<strong>EL</strong> HOMBRE <strong>EN</strong> SÍ MISMO O LA LUCHA POR LA LIBERTAD A TRAVÉS D<strong>EL</strong> PROCESO<br />

Demás está decir que siempre cultivé lo que mi titular de cátedra 1 denominó Derecho<br />

Procesal en serio, que yo irrespetuosamente intenté morigerar llamándolo científico y que<br />

precisamente en las clases de la Maestría, su director denominó garantismo. De hecho en mi<br />

ámbito laboral, léase la ciudad de Santa Fe, he sido distinguido y a su vez señalado y apartado<br />

por profesar esta posición: la de ser garantista. Por ello, ni bien asumí en el cargo, inmediatamente<br />

me han observado y observan a ver si ahora cumplo con lo que pregoné.<br />

Allí comienzan los problemas y mi discrepancia con lo que comentaba Adolfo.<br />

Corren tiempos difíciles. Tiempos en los cuales asistimos a un verdadero «vale todo», en<br />

los cuales precisamente, el ser garantista debe ser un orgullo. Precisamente, a los garantistas<br />

nos acusan de ser formalistas, de permitir, por ese excesivo apego a las formas el prohijamiento<br />

de miles de incidentes, descuidando el «verdadero objeto del proceso que no es otro –obviamente<br />

que equivocado – que la búsqueda de la verdad objetiva, la verdad real», «debería ser indudable<br />

– aunque haya quienes discrepen – que en todo proceso judicial el fin es la averiguación de la<br />

verdad y por ello es que aquella es la que en definitiva debe prevalecer sobre cualquier propuesta<br />

que enchaquetada en rigorismos formales, llegue a ser incompatible con la legítima defensa del<br />

interés público.» 2 Desde ya que no comparto esta posición.<br />

Pero, también pienso que esa postura ideológica – doctrinaria no radica en un pensamiento<br />

político autoritario ni mucho menos, creo que, como bien lo enseña Adolfo Alvarado en sus<br />

clases, verdaderos ideales de justicia que animan en sus pechos, son los que lo llevan a plantear<br />

sus puntos de vista, equivocados por cierto.<br />

Aquí es donde empiezan mis problemas y donde mis amigos y colegas hacen fila para<br />

observar «mis movimientos». ¿Seré capaz de respetar a ultranza lo que pregoné, pregono y por<br />

cierto seguiré pregonando.?<br />

Observo en mi nuevo puesto de trabajo un dejo de desgano por el estudio de las verdaderas<br />

instituciones jurídicas que son los pilares fundamentales de la ciencia jurídica, y en cambio, un<br />

fomento desmesurado por estudios parcializados de institutos, que a veces ni siquiera llegan a<br />

esa categoría, sino que son simples ideas de algunos que tienen acceso a formas de difusión y<br />

que son recogidos por algún fallo trasnochado, para de allí en más comenzar a edificar la<br />

doctrina y jurisprudencia conteste.<br />

Mientras tanto…..<br />

Cada vez hay más y más justiciables que son llevados a verdaderas aventuras judiciales<br />

por un simple afan de lucro sin importar el verdadero sentido social de la profesión que eligieron<br />

como medio de vida prohijados por Jueces paternalistas que suplan sus carencias procesales 3 .<br />

Es decir, es el reino del revés.<br />

Los jueces que han sido catalogados como activistas o decisionistas, son los que, con su<br />

actuar están permitiendo la proliferación de incidentes o recursos, que realmente deben ser<br />

1 Durante 17 años fui Jefe de Trabajos Prácticos y posteriormente Adjunto del Dr. Pedro Ramón Sobrero en la Facultad de<br />

Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral.<br />

2 Discurso inaugural del Presidente de la Comisión Organizadora del XXII Congreso Nacional de Derecho Procesal. Paraná 2003.<br />

Libro de ponencias Tomo 1 pág.VIII<br />

3 Cfr. Benabentos Omar, Teoría General Unitaria del Derecho Procesal. Ed.Juris.Rosario 2001, pág.35.<br />

AAV

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