Descargar relatos - Nosotros lo sabemos
Descargar relatos - Nosotros lo sabemos
Descargar relatos - Nosotros lo sabemos
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
16-18 Años<br />
22<br />
Accesit 3<br />
Javier Calderari Torres. “Refl exiones junto al fuego”<br />
Colegio Salesiano San José<br />
Pedro Rramirez Gacia<br />
Esto era todo <strong>lo</strong> que era capaz de escribir, y ni tan siquiera sabía interpretar<strong>lo</strong>. Estas tres palabras, que no<br />
eran más que su propio nombre, su identidad. No sabía leer ni escribir, pero la vida le había exigido aprender a plasmarse a<br />
sí mismo en un papel. Gajes del ofi cio: a todos nos toca fi rmar un recibo tarde o temprano. Aun así, el tiempo le había hecho<br />
olvidar la caligrafía de estos tres malditos nombres, y ni tan siquiera hoy estaba seguro de que <strong>lo</strong>s escribiera correctamente.<br />
La “pe” con la “e” hace “pe”, y con la “de” y la… ¿”efe”? ¿o era la “erre”? Porque… claro, la “erre” suena como guitarra,<br />
pero entonces… ¡Pedro no podía<br />
llevar “erre”!<br />
Lo había intentado miles de<br />
veces, pero siempre acababa igual.<br />
Si no alcanzaba a leer su propio<br />
apellido, ¿cómo iba a saber si <strong>lo</strong><br />
había escrito bien? Ése era el momento<br />
en el que mojaba el papel.<br />
Volvía a ver la luz la lágrima fácil,<br />
que le hacía darse cuenta de que<br />
durante toda su vida había sido un<br />
completo ignorante. Puede que no<br />
fuera así, pero desde luego, así era<br />
como él se sentía.<br />
Con ochenta y cinco años y<br />
una salud bastante precaria, no podía<br />
esperar mucho más de la vida.<br />
Consue<strong>lo</strong> pasó a mejor vida hace<br />
más de cinco años y desde entonces<br />
no había vuelto a levantar cabeza. Constantemente hacía memoria y repasaba sus pasos. Siempre intentó ser buena persona<br />
y pensaba que había sido un hombre feliz, a pesar de que la vida nunca <strong>lo</strong> hubiera tratado bien. Si de algo se lamentaba,<br />
era de ser un completo analfabeto. Y comenzó a recordar.<br />
Frisaba <strong>lo</strong>s siete años y se veía feliz. Pronto acabaría el verano y por fi n podría ir a la escuela. Llevaba varios días sin<br />
dormir porque había estado pensando en el<strong>lo</strong>. Allí se encontraría con algunos de <strong>lo</strong>s chavales del pueb<strong>lo</strong>, jugaría en el patio,<br />
aprendería miles de cosas…<br />
Pero Pedro, espabila y piensa que<br />
eres el hermano mayor y que debes<br />
ayudar a papá, que las ovejas no se crían<br />
solas y la leche no cae de <strong>lo</strong>s árboles.<br />
El 18 de Agosto, por desgracia,<br />
llegó. Ese día Pedrito cumplía <strong>lo</strong>s siete<br />
años, y con esas edades ya no eres<br />
tan niño, ¿no crees? Desde hoy tendrás<br />
que ayudar con el ganado y con las<br />
viñas, así que despierta, que hoy toca<br />
trabajar. Papá intentó animar<strong>lo</strong> con un<br />
pequeño cabrito que le entregó como<br />
rega<strong>lo</strong>, pero en esas circunstancias, ni<br />
la mirada del pequeño Lucero podría<br />
alegrarle el día.<br />
Desde entonces, su vida se convirtió<br />
en rutina. A las cinco arriba, que toca