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los bloques de granito bien calculados?<br />
–Los he repasado mil veces.<br />
–¿Y el espesor, es el adecuado?<br />
–Tiene que serlo. Mi padre y<br />
yo hemos llegado al mismo<br />
valor cada uno por nuestra<br />
cuenta. Incluso Espurio lo ha<br />
corroborado.<br />
Aulo se rascó la cabeza. Él<br />
también era incapaz de encontrar<br />
una solución al enigma.<br />
–No sé… ¿La cantidad de<br />
argamasa de unión es la adecuada?<br />
–Sí, la habitual en estas<br />
construcciones.<br />
Aulo permaneció unos<br />
segundos callado.<br />
–Creo que ya lo tengo Caela.<br />
No puedes utilizar la misma<br />
cantidad de cemento que normalmente<br />
empleas. El que se<br />
hace en Segovia es de mala<br />
calidad. No sé si se debe a la<br />
arcilla o a cualquier otra razón,<br />
pero así es. Tienes que poner<br />
casi el doble de lo habitual.<br />
Caela abrió los ojos al máximo.<br />
No podía creer lo que estaba<br />
escuchando.<br />
–¿Tú crees Aulo?<br />
–Estoy seguro.<br />
–Sería… sería maravilloso<br />
que esa fuera la razón. De todas<br />
formas no puedo poner el doble<br />
de argamasa. Cuando haga<br />
calor podría abrirse la unión<br />
entre bloques y por ahí se<br />
podría romper el arco. Es imposible.<br />
–Entonces es fácil. No le<br />
pongas argamasa. No le pongas<br />
nada.<br />
Caela se quedó mirando a<br />
Aulo durante varios segundos.<br />
No podía ser. Era una locura.<br />
Unos arcos formados por piedras<br />
no unidas ni por cemento<br />
ni por mortero no aguantarían.<br />
Sería todavía peor.<br />
Sin embargo, el comentario<br />
de Aulo la dejó pensativa. Estuvo<br />
unos minutos meditándolo,<br />
sin atender demasiado a la conversación.<br />
Él seguía, mientras<br />
tanto, intentando encontrar una<br />
explicación a algo que era un<br />
verdadero misterio. Caela, tras<br />
El rincón del socio<br />
salir de su abstracción, le dijo a<br />
Aulo:<br />
–¿Sabes?, podrías tener<br />
razón.<br />
–¿Razón?, ¿en qué?<br />
— En lo que has dicho antes<br />
de no ponerle argamasa. Sólo<br />
tengo que hacer unos cálculos.<br />
Creo que podría resultar. Podría<br />
resultar, Aulo. Acompáñame,<br />
vamos a mi casa. Allí tengo<br />
todo el material de cálculo.<br />
Cuando llegaron Caela entró<br />
disparada hacia su escritorio.<br />
Ordenó sus papiros que había<br />
ido desperdigando por el suelo<br />
los últimos días debido a la<br />
desesperación y se puso rápidamente<br />
a realizar modificaciones<br />
aquí y allá en fórmulas y resultados.<br />
Aulo no entendía nada de<br />
todos aquellos complejísimos<br />
símbolos que estaban dibujados<br />
en el papel, muchos números y<br />
operaciones que parecían estar<br />
todos desordenados como en un<br />
jeroglífico incomprensible.<br />
Pero no lo estaban, Caela tenía<br />
todo perfectamente definido en<br />
su cabeza.<br />
–Lo tengo. Es posible. Se<br />
puede hacer sin argamasa. Solo<br />
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