Descargar PDF - Revista Mundo Nautico
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12<br />
SEMBLANZA<br />
“Lo único que<br />
queremos es<br />
ser diferentes”<br />
CAPITANES VITALICIOS<br />
En el segundo número de <strong>Mundo</strong> Náutico hicimos un trabajo sobre piratería y comentamos<br />
como el asesinato de Peter Blake en Brasil, le había enseñado al mundo que cualquiera<br />
–no importa cuan famoso e importante fuera- podía ser víctima de este flagelo. Pero,<br />
¿quién era Peter Blake? y ¿por qué lo honramos en nuestra sección de capitanes vitalicios?<br />
Juzgue usted mismo…<br />
Una vida plena de triunfos y aventuras lo convirtió en un mito. Una muerte abrupta perpetuará<br />
su leyenda. Sir Peter Blake, asesinado el 6 de diciembre de 2001 por unos piratas<br />
que asaltaron su embarcación en el Amazonas, era mucho más que uno de los navegantes<br />
más prestigiosos de la historia de la vela. Este marino neozelandés, doble vencedor de la<br />
Copa América (1995 y 2000), es una referencia del deporte mundial, cuyos logros rebasaban<br />
el aspecto eminentemente competitivo. Distinguido con el título de Caballero del Imperio<br />
Británico en 1995, a bordo de sus veleros había derribado muchos mitos establecidos.<br />
Y también a bordo, unos piratas segaron su vida por un mísero botín. Sucedió en la localidad<br />
brasileña de Porto Santana, en las cercanías de la ciudad amazónica de Macapá, en<br />
Brasil. Un grupo de ocho atracadores entraron el “Seamaster”, la embarcación de Blake y<br />
sus compañeros de expedición. Cuando se percató de su presencia, el navegante neozelandés<br />
salió armado con un rifle y disparó hiriendo a uno de ellos. La respuesta fue demoledora:<br />
Blake recibió dos tiros en la espalda y falleció al instante. Otros dos compañeros de la<br />
tripulación resultaron heridos leves. Los piratas se llevaron un reloj, una cámara de fotos, un<br />
par de binoculares y algo de dinero.<br />
Blake (Auckland, 1948) participaba en una expedición que había partido meses antes<br />
desde su Nueva Zelanda natal. Su objetivo, apoyado por las Naciones Unidas, era la realización<br />
de un documental para concienciar sobre asuntos medioambientales. Se dedicaba por<br />
completo al medio ambiente después de abandonar la práctica deportiva. Poco después de<br />
revalidar con el Black Magic el título de la Copa América, en marzo de 2000, Blake anunció su<br />
retirada de la vela. Desde que construyera su primera embarcación, a los ocho años de edad,<br />
este deporte se convirtió en una obsesión para él. Forjó un palmarés admirable, donde brillaban<br />
la mítica travesía entre Sydney y Hobart, la Whitebread (hoy Volvo Ocean Race), el trofeo<br />
Julio Verne o el récord, en 1994, en la vuelta al mundo sin escalas.<br />
En 1995 viajó a San Diego (Estados Unidos) para arrebatarle la Copa América en sus propias<br />
aguas a Dennis Conner, otra leyenda de la vela universal. El resultado de aquel desafío<br />
fue histórico, puesto que era la segunda vez -en más de 100 años- que el aguamanil de plata<br />
que distingue al vencedor abandonaba Norteamérica.<br />
En marzo de 2000, Blake decidió volcarse a las expediciones científicas. Después de trabajar<br />
en la fundación Jacques Cousteau, fundó su propia organización, Blake Expeditions, en<br />
cuyo nombre viajó por el mundo a bordo del “Seamaster”. En su último viaje, recorrió las<br />
Islas Campbell, la Antártida y Tierra de Fuego antes de llegar al Amazonas, su última y trágica<br />
estación. Días antes de su muerte, anotaba en su diario de a bordo: “Me pregunto una<br />
y otra vez: ¿Qué hacemos aquí?”. Una cuestión que él mismo acertó a responder: “Lo único<br />
que queremos es hacer algo diferente, ser diferentes”.