La recova de podencos para la caza menor.pdf - Tecor de Portas
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acostumbrarlos a ir tras ellos a buscarlos, sino al revés, que nos busquen ellos a<br />
nosotros.<br />
Cuando ya el perrillo, con cinco meses, está correctamente muscu<strong>la</strong>do y sabe<br />
moverse con soltura por el matorral, po<strong>de</strong>mos ponerle por <strong>de</strong><strong>la</strong>nte un conejo, bien en un<br />
coto intensivo o, si no lo tenemos a nuestro alcance, usaremos uno <strong>de</strong> granja, tapado con<br />
alguna caja con rendijas y ramas encima <strong>para</strong> que el perro lo <strong>de</strong>tecte, pero que no pueda<br />
llegar a él. Así se picará más. Le <strong>de</strong>jaremos que <strong>de</strong> vueltas alre<strong>de</strong>dor y hasta salga<br />
<strong>la</strong>tiendo <strong>de</strong> <strong>para</strong>do al conejo. Repetiremos esta operación un par <strong>de</strong> veces o tres como<br />
máximo, distanciadas algunos días. Y en <strong>la</strong> última, <strong>de</strong>tonadora en mano, <strong>de</strong>jaremos libre<br />
al conejo <strong>para</strong> que lo corretee, dis<strong>para</strong>ndo al aire cuando esté en plena persecución o en<br />
el momento en que lo atrape. De esta manera asociará el disparo al emboque <strong>de</strong>l conejo.<br />
Lo i<strong>de</strong>al es que escuche el primer tiro cuando ya sabe lo que es un conejo y cuando vaya<br />
corriendo tras uno <strong>de</strong> ellos. No sería ma<strong>la</strong> inversión en aquel<strong>la</strong>s socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>caza</strong> que<br />
tengan cierto número <strong>de</strong> aficionados a perros conejeros, <strong>la</strong> construcción <strong>de</strong> un cercado o<br />
pica<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> unos mil metros cuadrados, y con mal<strong>la</strong> metálica bien enterrada, don<strong>de</strong><br />
disponer varios montones <strong>de</strong> palés y ramas, con agua y comida <strong>para</strong> que vivan allí<br />
permanentemente una media docena <strong>de</strong> conejos silvestres. A<strong>de</strong><strong>la</strong>nta mucho a los<br />
cachorros el darles dos o tres sesiones en uno <strong>de</strong> estos pica<strong>de</strong>ros, durante sus primeros<br />
cinco meses <strong>de</strong> vida.<br />
<strong>La</strong> base <strong>de</strong>l adiestramiento <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>nco es que el cachorro comprenda que<br />
somos su jefe <strong>de</strong> grupo y que venga inmediatamente cuando lo l<strong>la</strong>memos. Lo <strong>de</strong>más es<br />
campo y, como <strong>de</strong>cía el escultor, quitarle lo que le sobra <strong>para</strong> mo<strong>de</strong><strong>la</strong>r el gran perro <strong>de</strong><br />
<strong>caza</strong> que lleva <strong>de</strong>ntro. Potenciaremos su iniciativa, sin aburrirlo con ejercicios<br />
repetitivos como intentar enseñarle el cobro o el “quieto”, con lo que sólo<br />
conseguiremos que rechace <strong>la</strong>s sesiones en nuestra compañía. A un po<strong>de</strong>nco nunca se le<br />
olvida quién lo crió si éste lo hizo bien, dándose el caso <strong>de</strong> perros que <strong>caza</strong>n <strong>de</strong> manera<br />
excelente con su dueño y luego no lo hacen al cambiar <strong>de</strong> propietario. Si logramos que<br />
nos i<strong>de</strong>ntifique como su jefe <strong>de</strong> grupo, nos cobrará luego <strong>la</strong>s piezas a <strong>la</strong> perfección,<br />
incluso corriendo hasta nosotros <strong>para</strong> que no se <strong>la</strong>s quite otra perro. Debemos alternar<br />
<strong>la</strong>s salidas individuales <strong>de</strong>l cachorro con algunos campeos <strong>de</strong>l grupo completo, <strong>para</strong> que<br />
el nuevo miembro se vaya integrando correctamente con el mismo. No obstante, <strong>la</strong>s<br />
sesiones mas importantes <strong>para</strong> su <strong>de</strong>sarrollo como perro <strong>de</strong> <strong>caza</strong>, siempre serán<br />
individualmente.<br />
Un buen po<strong>de</strong>nco, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mi punto <strong>de</strong> vista, <strong>de</strong>be adiestrarse en primer lugar <strong>para</strong><br />
su pieza favorita, que es el conejo, porque ello conlleva que el perro aprenda bien a<br />
matear, a usar todos sus sentidos y a sacar <strong>la</strong> astucia e instinto que requiere esta <strong>caza</strong>. <strong>La</strong><br />
codorniz salvaje, supone otra buena escue<strong>la</strong> si pensamos <strong>de</strong>dicar a nuestro perro<br />
también a <strong>la</strong> pluma. <strong>La</strong>s liebres y perdices son <strong>para</strong> él piezas más fáciles, una vez<br />
correctamente domado. Un po<strong>de</strong>nco joven no se <strong>de</strong>be meter en terrenos abiertos porque<br />
se acostumbra a lo sencillo y a <strong>caza</strong>r <strong>de</strong> vista más que <strong>de</strong> olfato. Tiempo habrá cuando<br />
ya domine el conejo y esté correctamente domado, a partir <strong>de</strong> su segunda temporada <strong>de</strong><br />
<strong>caza</strong>, <strong>de</strong> meterlo luego a perdices que reconocerá como nueva pieza <strong>de</strong> <strong>caza</strong> en cuanto le<br />
matemos <strong>la</strong> primera y consiga embocar<strong>la</strong>, cosa que pue<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r perfectamente en<br />
cualquier arroyo o manchón mientras <strong>caza</strong>mos conejos. Un truquillo: cuando llevemos<br />
a conejos a nuestros po<strong>de</strong>ncos, le quitamos el col<strong>la</strong>r <strong>para</strong> que no le moleste entre <strong>la</strong><br />
espesura y cuando vayamos a pluma, se lo ponemos. A <strong>la</strong>s tres o cuatro veces,