Descargada - Wrong magazine

WRONG MAGAZINE
WE WATCH YOU!
Texto: CAROLINA CADENAS PAZOS
Retratos de una obsesión. Más de mil
cámaras velan por tu seguridad. El
show de Truman. Caché. La ventana
indiscreta. El fotógrafo del miedo.
Blow Up. La vida de los otros. La
conversación. Paranormal Activity.
Sexo, mentiras y cintas de vídeo. Este
breve listado es sólo una muestra de
cómo el séptimo arte se ha volcado,
con mejor o peor fortuna, en mostrar
la importancia que tiene en el día a
día la imagen del otro, en presentar
la naturaleza obsesiva intrínseca del
ser humano, ávida de conocer sobre
lo conocido y lo ajeno, de observar
y ser observado, de engullir nuevas
percepciones de lo que le rodea con
auténtica necesidad, plasmado de
manera ejemplar en medios como la
fotografía o el vídeo.
Dicen que una imagen vale más que mil
palabras. El precio corre a cargo
del público, tanto del conocedor
de esa posición como de aquel que
actúa como espectador sin saber que
forma parte del espectáculo, como
ese infante al que otro ha colocado
un cartel en su espalda y es el foco
de las risas y burlas del resto,
sin conocer su relación en dicho
entuerto. Así es como el visitante
se adentra en la muestra Observados.
Voyeurismo y vigilancia a través de
la cámara desde 1870 (presente en la
Fundación Canal Isabel II hasta el
8 de enero), al encontrarse frente a
cuatro pantallas donde se visualiza
la imagen conseguida por cámaras de
vigilancia de la propia exposición.
Instintivamente, buscamos nuestro
cuerpo, nuestros gestos, descubriendo
que no somos nosotros quienes estamos
allí. Descendemos hacia los cinco
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pilares que sustentan la muestra,
organizada por el San Francisco
Museum of Modern Art y la Tate
Modern, desconociendo que minutos
después seremos los protagonistas
de una película que hemos conocido
a través de otros cuerpos.
Bajo el título El fotógrafo
inadvertido se halla la primera toma
de contacto con esta exposición.
Como un buen entremés, sirve para
ir despertando al estómago y al
paladar, para abrir apetito y que
las papilas despierten del letargo.
Esto se consigue con instantáneas
creadas a partir de la inmediatez,
dejando a un lado la búsqueda de
calidad, luminosidad y encuadre
adecuados. Fuerza y maña unidas bajo
la misma lente. Escenas cotidianas,
protagonistas de la intrahistoria
captada por la cámara de unos
fotógrafos que se encontraban a
medio camino entre el fotoperiodismo
y el hacer del paparazzi, dentro
del movimiento denominado street
photography. Rostros anónimos
que aportan a esas imágenes una
mayor profundidad humana, como se
observa en los pasajeros del metro
de Nueva York retratados por Walker
Evans o en las imágenes de ciudades
norteamericanas de Harry Callahan y
Garry Winogrand, insuflados incluso
en un poso social (Dorotea Lange)
o cultural (Voth).
Vigilancia no deja lugar a dudas
sobre su naturaleza ni su función.
Las inocentes vedute italianas de
los siglos XVII se transformaron con
la creación de la fotografía en un
souvenir de mano que mostrar a las