12.05.2013 Views

Historias de Ninguno - Larun Rayun

Historias de Ninguno - Larun Rayun

Historias de Ninguno - Larun Rayun

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Historias</strong> <strong>de</strong> <strong>Ninguno</strong><br />

Al niño le brillaban los ojos <strong>de</strong> alegría. -Yo sé dón<strong>de</strong> hay uno. Lo han capturado unos soldados. Lo<br />

tienen en una cabaña que está al otro lado <strong>de</strong>l río. Necesitamos un barco para cruzarlo.<br />

Hablaba cada vez más <strong>de</strong> prisa, uniendo unas palabras con otras:<br />

-¡Tenemosqueconstruirlourgentemente hayque<strong>de</strong>rribarunárbol!<br />

Hablaba <strong>de</strong> una manera que apenas se entendía lo que <strong>de</strong>cía. Pero Camila lo en tendía todo. Dijo con<br />

calma:<br />

-Hay un puente cerca <strong>de</strong> aquí.<br />

Camila era así. Ella encontraba siempre el camino más sencillo.<br />

Y atravesaron el puente.<br />

No tardaron mucho en dar con la cabaña, a pesar <strong>de</strong> que estaba escondida entre la alameda. Se<br />

aproximaron con pru<strong>de</strong>ncia, resguardándose entre los árboles.<br />

El soldado estaba partiendo leña ante la puerta. Descargaba el hacha violentamente una y otra vez, y<br />

saltaban las astillas <strong>de</strong>l tronco como los peces sobre el agua.<br />

-Debe <strong>de</strong> tener muy mal genio -comentó Camila en voz baja-. Se llama Trinete.<br />

El niño preguntó, sorprendido:<br />

-¿Por qué lo sabes?<br />

Y ella contestó, como si fuera la cosa más evi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l mundo:<br />

-Se le nota en la cara. No hay más que fijarse.<br />

A <strong>Ninguno</strong> se le puso la suya <strong>de</strong> tonto.<br />

Miró a Camila. miró al soldado. y no encontró ningún indicio <strong>de</strong> que se llamara Trinete.<br />

Entonces se abrió la puerta <strong>de</strong> la cabaña, y el hombre <strong>de</strong> la barca voceó:<br />

-¡Eh. Trinete! ¡A ver si terminas <strong>de</strong> una vez y encen<strong>de</strong>mos el fuego, que me estoy quedando helado!<br />

Se frotaba las manos para entrar en calor, y se balanceaba sobre las piernas, primero sobre una y<br />

luego sobre la otra.<br />

-Ese otro se llama Almíbar -siseó Camila-. Es muy friolero.<br />

Esta vez el niño no preguntó nada. Tan sólo comentó, divertido:<br />

37

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!