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REPORTAJE
rentes”. El apartado de joyería
fue desapareciendo. La falta de
espacio derivó, en 1987, en
un nuevo cambio y el traslado
a la Calle Nueva, 38 en el lugar
en el que con anterioridad estaba
ubicado Tejidos Valor. En
esas tres plantas se dedicó el
edificio a los trofeos deportivos
y se añadió un apartado también
con material para prácticas
deportivas. Al frente de
este negocio estaba ya Fernando
Álvarez hijo.
En el año 1996 se produjo
un nuevo traslado a la calle Dahellos
y finalmente a la última
ubicación, y ya definitiva, en la
calle Joaquín Coronel.
LA CUARTA GENERACIÓN.
A lo largo de este tiempo
Ávarez llegó a tener incluso una
sucursal en Alicante que regentaba
uno de sus hijos, Paco, y
que posteriormente cerrarían.
Al hacerse cargo del negocio
familiar Fernando Álvarez hijo la
«Hemos
llegado a tener
en el almacén
más de
2.000 trofeos
diferentes»
continuidad en la saga ha llegado
a través de su hija Paula. “
Ella ha sido fundamental para
organizarnos y sus conocimientos
nos han permitido mejorar”.
En la actualidad ha desaparecido
totalmente el taller de
joyería, vigente a través de Fernando
Álvarez padre hasta hace
cuatro años, y se ha derivado
toda la actividad prácticamente
a la producción de material para
fiesta de todo tipo. “ El 90 %
de nuestra producción es para
fiestas. Seguimos trabajando
trofeos y placas pero nuestro
grueso son ya los banderines
bordados, las espadas de moro
y otros complementos identificativos
de toda la actividad que
se deriva de Moros y Cristianos
o Fallas esencialmente”. De
este modo los clientes de Trofeos
Álvarez provienen de algunas
poblaciones de la provincia
en las que se celebran fiestas
de este tipo, ante todo de la
Vega Baja, e incluso desde Valencia
y pueblos cercanos.
Respecto a la forma de
trabajar Fernando apostilla la
incorporación de las nuevas
tecnologías. “ Los escudos se
realizan por impresión digital
y la grabación por lasser y
chorro de arena”. De antaño
recuerda la forma con la que
tenían que realizar los pergaminos.
“Se llevaba mucho
tiempo puesto que tenías que
hacerlo todo a mano” pero
todo esto es ya historia.
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«Ahora el grueso de la
producción son las fiestas»