14.05.2013 Views

LA PERSONALIDAD RELIGIOSA DE JOSE ANTONIO - Zona Nacional

LA PERSONALIDAD RELIGIOSA DE JOSE ANTONIO - Zona Nacional

LA PERSONALIDAD RELIGIOSA DE JOSE ANTONIO - Zona Nacional

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

José Antonio dice a su tío Antón, en la carta de despedida, que está tranquilo y «lleno de<br />

paz», después de la confesión. Según Carmen Primo de Rivera, cuando le visitó tía «Ma» para<br />

despedirse y José Antonio le refirió que se había confesado, ella le hizo la pregunta siguiente:<br />

«-¿Estás seguro de que es un sacerdote quien te ha confesado?<br />

-Sí; le interrogué primero en latín -aclaró mi hermano» (23).<br />

Había visto en la confesión la preparación mejor para enfrentarse al Juicio de Dios:<br />

«[...] Pero por si no es el que Dios le prorrogue la vida trato de disponerme lo mejor posible<br />

para el juicio de Dios: ayer confesé [...] y hoy estoy lleno de paz [...]» (24).<br />

En términos semejantes se expresa en la carta dirigida a su tía Carmen, que era religiosa:<br />

«Dos letras para confirmarte la buena noticia, la agradable noticia de que estoy preparado<br />

para morir bien (...]» (25).<br />

Conoce las manifestaciones íntimas de la gracia, por eso habla de paz, de agradable<br />

noticia, de sentirse preparado. Esa unión de felicidad y gracia, consecuencia de la penitencia,<br />

de la que escribía así el 18 de enero de 1934:<br />

«La felicidad es como la gracia: en el fondo, la felicidad "es” la gracia. Y el estado primitivo<br />

que acaso, cuando verdadero, fue un estado feliz, es como el estado de inocencia: no se<br />

recobra jamás una vez perdido. La gracia, sí; pero por otro camino: por el de la penitencia, por<br />

el del rigor. Quien ha perdido una vez la gracia inocente no llega a encontrarla siendo "bueno",<br />

en el sentido literario y flojo de la palabra: bueno a la manera blanca, blanda, filantrópica, dulce,<br />

de la Sociedad Protectora de Animales, o del Ejército de Salvación. Esa es una falsa, satánica<br />

manera de cubrir en falso, con piel cerrada en falso, mucha carne podrida de culpas. Se puede<br />

volver a la gracia por la limpieza enérgica, dura, sincera, dolorosa y dolorida de la penitencia»<br />

(26).<br />

Sin duda alguna, José Antonio habla en estos términos de la virtud de la penitencia y del<br />

Sacramento de la Penitencia; y con gran carga poética describe las notas de esa confesión<br />

para dar salida a la «carne podrida».<br />

Cumplía lo ordenado por la Iglesia de forma airosa y elegante; incluso, exponiéndose a las<br />

ironías de sus amigos. Luisa María de Aramburu, amiga fraternal, desde la infancia, de los<br />

hermanos Primo de Rivera, recuerda una anécdota sobre la manera como José Antonio<br />

guardaba la abstinencia:<br />

«Una noche fue invitado a cenar en cierta casa. Era un viernes de cuaresma. Uno de los<br />

platos era de carne. José Antonio, al advertirlo, rogó discretamente a s anfitriona que le<br />

permitiera prescindir de aquel manjar. Entonces aquélla, dirigiéndose a uno de los servidores y<br />

como burlándose amistosamente, dijo: "Oiga usted al señorito José Antonio tráigale una tortilla.<br />

Hoy e viernes y no puede comer carne”. José Antonio, lo recuerdo muy bien, contestó: "Es<br />

posible que me condene, señora; pero por un filete..., por un filete, ni vale la pena.» (27).<br />

En la misma línea refiere el falangista Fontana lo ocurrido durante la comida celebrada en<br />

Barcelona, después del mitin del 3 de mayo de 1935, cuando uno de los asistentes pidió<br />

chuletas en un día de vigilia. José Antonio sonrió y con aquella finura espiritual, que era un<br />

constante magisterio, reprendió y mandó así:<br />

«¡Hombre!, que por una rubia estupenda se pierda el cielo está muy mal, aunque pueda<br />

explicarse; pero, que lo pierdas por una chuleta...» (28).<br />

En cuanto a la forma de observar el ayuno extremaba la delicadeza, según leemos en el ya<br />

citado artículo de Nieves Sáenz de Heredia:<br />

«Como salía a cenar muchas noches fuera de casa, por si no ayunaban donde debía ir,<br />

hacía la colación al mediodía» (29).<br />

Y Pilar Primo de Rivera dice en la conferencia aludida:<br />

«Cuando se llegaba a la edad de ayunar no se perdía un solo día en aquella época en que<br />

durante la cuaresma había que ayunar tres veces por semana» (30).<br />

<strong>LA</strong> <strong>PERSONALIDAD</strong> <strong>RELIGIOSA</strong> <strong>DE</strong> <strong>JOSE</strong> <strong>ANTONIO</strong> - 7 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!