14.05.2013 Views

La epidemia de Traiguén

La epidemia de Traiguén

La epidemia de Traiguén

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

University of Florida<br />

Department of Spanish and Portuguese Studies<br />

Sin Frontera 4<br />

Primavera 2011<br />

Alejandra Costamagna<br />

tosiendo para ella, sacudiéndose con el carraspeo, salpicándola con su tos<br />

elástica, mirándola como se mira lo que está a punto <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>vorado, tan<br />

perturbada la muchacha. A eso <strong>de</strong> las siete, cuando el hombre sale <strong>de</strong> su<br />

oficina, Victoria ya tiene el beso listo en la boca. Están solos en la sala <strong>de</strong><br />

recepción <strong>de</strong> la empresa. El hombre se sorpren<strong>de</strong>, pero también se <strong>de</strong>ja besar.<br />

Es una tar<strong>de</strong> soleada <strong>de</strong> otoño en Santiago <strong>de</strong> Chile, y el empresario y la<br />

secretaria pasan las siguientes horas en un motel <strong>de</strong> la calle República.<br />

Al final <strong>de</strong> la jornada (es <strong>de</strong>cir, al final <strong>de</strong> la diestra <strong>de</strong>mostración sexual<br />

<strong>de</strong> la muchacha, que ha incluido perritos, paraguayas y felatios) el hombre<br />

fuma un cigarrillo negro y habla con voz áspera. Victoria lo escucha en<br />

silencio, muy atenta, porque no hay nada que le excite más que oír a un<br />

hombre hablando <strong>de</strong> sí mismo. «Yo entro en el hotel <strong>de</strong> Montevi<strong>de</strong>o y en la<br />

recepción un tipo me aborda», recuerda Bueno en voz alta. «Claramente me ha<br />

confundido con otro, y entonces me pregunta si conozco a Santiago Bueno.<br />

Por bromear, no sé, yo le digo que no, que no lo conozco. Entonces el tipo se<br />

pone a hablarme <strong>de</strong> Santiago Bueno, <strong>de</strong> mí, ¿te fijas?, durante veinte minutos.<br />

Lo simpático, oye, es que el tipo no admiraba mis pollos: me admiraba a mí,<br />

¿compren<strong>de</strong>s qué extraordinario?» <strong>La</strong> muchacha, que no compren<strong>de</strong> qué tiene

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!