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apuntes sobre ecología humana y urbana - Perrotta, Juan Daniel

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que pudieran sufrir por molestarse en construir una fábrica para producir de todo<br />

en todas partes.<br />

Los bancos multinacionales en Nueva York, Londres, y el resto de Europa<br />

cargaban en sus libros enormes préstamos -que esperaban pudieran ser<br />

lucrativos-, de países en desarrollo como Turquía, Brasil, y muchos países<br />

africanos. Como las acciones petroleras de estos débiles países ascendieron un<br />

peldaño con la suba de precios de la OPEP, estos préstamos se tornaron<br />

inestables y tuvieron que ser renegociados. Si cualquiera de estos países no<br />

cumpliera con sus obligaciones, ello podría crear mayores quiebras de bancos o<br />

algo peor.<br />

Según un estudio de agosto del '83 de la Reserva Federal norteamericana, en<br />

ocho países deudores, entre el '74 y el '82, el segundo destino del dinero luego del<br />

servicio de la deuda, radicaba en la exportación de capitales privados.<br />

La responsabilidad de los bancos en el endeudamiento excesivo de los países del<br />

Tercer Mundo es grave, pero más lo es que parte de ella sea fraudulenta<br />

(préstamos a sí mismo, especulación con el dólar). En Argentina, holdings como<br />

Pérez Companc, de raíz petrolera, registraban al caer la dictadura del Proceso<br />

deudas que los ubicaban al tope en monto de deuda -en el caso de Perez<br />

Companc 900 millones de dólares-. YPF aumentó su deuda en un 33% entre el '80<br />

y el '81, sin aumento de inversiones y mientras decrecía su producción de crudo.<br />

En la Argentina, la deuda se tradujo en una fuga de capitales estimada en<br />

probablemente un 70% de los pasivos externos, estancamiento económico, una<br />

clase pudiente viviendo rumbosamente, y miles de millones en armas para la<br />

dictadura del Proceso. Puede que ocho mil millones de dólares se hayan<br />

destinado a la compra de misiles Exocet y 3 600 millones a la compra de fragatas.<br />

Mientras, en Brasil, se construían dos presas hidroeléctricas, cinco complejos<br />

acereros, ocho plantas de energía nuclear, fábricas de aluminio, caminos,<br />

ferrocarriles, viviendas, y fábricas de armamento y aviones.<br />

Los préstamos a las dictaduras y gobiernos corruptos de Latinoamérica<br />

permitieron mantener altos índices de crecimiento. La subsecuente expansión<br />

económica y aumento del consumo transformó a esos infiernos en un "mundo<br />

feliz", silenciando a los opositores.<br />

Muchos empresarios optaron por autopréstamos. Sacaban del país grandes<br />

sumas de dinero que depositaban en Miami u otras plazas. Daban el depósito<br />

como garantía y, obtenido el préstamo, depositaban el cheque en su país. De esta<br />

manera, conservaban a salvo sus ahorros en el exterior, podían utilizar igual<br />

importe en su país, y obtenían una serie de ventajas tributarias a un lado y otro de<br />

la frontera. Así, una gran cantidad de ellos obtuvieron considerables beneficios<br />

con las elevadas tasas de interés y las devaluaciones programadas de fines de los<br />

'70.<br />

Este fenómeno produjo un efecto perverso en la equidad con que se distribuyó el<br />

ingreso: los ricos obtuvieron divisas subsidiadas antes de la crisis, que<br />

aumentaron su valor al producirse la devaluación, libres de impuestos. Los más<br />

necesitados soportaron -y soportan- la mayor parte de la carga del servicio de la<br />

deuda del sector público, que financió la fuga de capitales, y también el aumento<br />

en el valor de la moneda local después de la devaluación.<br />

El costo de la aventura financiera es por todos conocido, una deuda de 36.600

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