15.05.2013 Views

Amecameca ubicada sobre el - Amaqueme.com.mx

Amecameca ubicada sobre el - Amaqueme.com.mx

Amecameca ubicada sobre el - Amaqueme.com.mx

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ECATZINGO<br />

Eufrosina, a sus 91 años, no<br />

conoce más allá de Ozumba<br />

Mónica Martínez Rivera<br />

ECATZINGO, Méx.- Eufrosina V<strong>el</strong>ázquez<br />

Valencia nació en 1920, cuando<br />

la revolución agonizaba, pero aun recuerda,<br />

muy niña, las concentraciones de<br />

campesinos en <strong>el</strong> pueblo para irse a la<br />

bola.<br />

Nació en <strong>el</strong> campo, ahí conoció a su<br />

señor, con <strong>el</strong> que se fue cuando tenía 19<br />

años y procreo 12 hijos, ahí vive y en <strong>el</strong><br />

mismo lugar morirá, afirma sonriendo.<br />

Sentada en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o <strong>com</strong>o siempre lo<br />

hecho desde pequeñita, Eufrosina tiene<br />

91 años y una memoria que asombra<br />

por la facilidad para recordar detalles,<br />

nombres y fechas de su larga y fructífera<br />

vida, siempre en <strong>el</strong> campo, siempre en<br />

Ecatzingo.<br />

“Yo no me casé, me fui con mi señor<br />

Elías Lima, también de Ecatzingo,<br />

campesino que sembraba maíz, haba<br />

y frijol y teníamos árboles frutales que<br />

vendíamos en <strong>el</strong> tianguis de Ozumba”,<br />

confiesa a la reportera.<br />

De sus 12 hijos sólo le <strong>sobre</strong>vivieron<br />

tres, <strong>el</strong> resto murió por fiebre o vómito y<br />

porque no había un doctor en <strong>el</strong> pueblo y<br />

sólo los curaba con hierbas medicinales.<br />

“Uno de mis hijos murió en Ozumba y<br />

me lo traje cargando desde allá”, recuerda<br />

sin emoción en su rostro, aunque<br />

presume de su salud de roble, pues a<br />

pesar de que ya cumplió 91 años, no<br />

padece ninguna enfermedad crónica,<br />

escucha y ve perfectamente y ayuda en<br />

los quehaceres cotidianos de las casas<br />

de sus hijas, donde se alterna para vivir,<br />

además, teje, borda, desgrana <strong>el</strong> maíz y<br />

limpia las hojas.<br />

Asegura haber nacido <strong>el</strong> primero de<br />

enero de 1920, cuando la revolución ya<br />

agonizaba y quedó huérfana de su madre<br />

a los 12 años, que falleció cuando dio a<br />

luz a su hermano y <strong>el</strong>la, por ser la mayor<br />

de las mujeres se quedó <strong>com</strong>o responsable<br />

de todo <strong>el</strong> quehacer de la casa,<br />

“molía <strong>el</strong> nixtamal para hacer tortillas, la<br />

<strong>com</strong>ida y lavaba la ropa de mis cuatro<br />

hermanos y de mi papá”.<br />

Eufrosina dice que lavaba su ropa en<br />

<strong>el</strong> río Nicolás con chichicamol, “una raíz<br />

que hacía espuma, se le aplicaba a las<br />

prendas de vestir y dejaba la ropa bien<br />

blanquita”.<br />

Cuatro años más tarde su papá falleció<br />

de pulmonía “y yo todavía no me iba con<br />

mi señor”, recuerda.<br />

Su vida <strong>com</strong>o casada no cambió en<br />

responsabilidades, “le ayudaba a mi señor<br />

a pizcar maíz, a recoger <strong>el</strong> frijolito y<br />

<strong>el</strong> haba, a él le gustaba mucho <strong>el</strong> campo<br />

y en ese tiempo aún había coyotes y ca<strong>com</strong>iztlez<br />

que se robaban mis pollos para<br />

<strong>com</strong>érs<strong>el</strong>os”.<br />

Para trasladarse a Ozumba, <strong>el</strong> único<br />

lugar que conoce fuera de Ecatzingo y<br />

rancherías cercanas, Eufrosina lo hacía<br />

a pie y descalza durante más de dos<br />

horas de camino para vender los martes<br />

PRODUCTIVA.- A sus 91 años, Eufrosina V<strong>el</strong>ázquez Valencia, oriunda de Ecatzingo, se mantiene activa deshojando mazorcas<br />

para ayudar en los quehaceres diarios de su familia. (FOTO: Mónica MARTÍNEZ.)<br />

17<br />

sus hierbas y flores y <strong>com</strong>prar <strong>el</strong> mandado<br />

de la semana.<br />

“Me acuerdo que me llevaba a mi hija<br />

a vender, <strong>el</strong>la se cargaba dos o tres ramos<br />

de flores y yo siete, nos íbamos todo<br />

<strong>el</strong> camino pasando campos de labor, cuando<br />

llovía, aumentaba la crecida de la<br />

barranca que teníamos que cruzar y <strong>el</strong><br />

agua nos llegaba hasta los piecitos”, rememora<br />

la ancianita.<br />

Aun recuerda que la calle donde vivió<br />

60 años con su señor se llamaba Niño<br />

Perdido y ahora es Progreso.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!