el arbol peregrino caminar con sofía barat - RSCJ International
el arbol peregrino caminar con sofía barat - RSCJ International
el arbol peregrino caminar con sofía barat - RSCJ International
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Dolores Aleixandre, rscj • Illust. Pili Campos • El Arbol Peregrino Caminar Con Sofía Barat<br />
11. UNA MOCHILA Y POCO MÁS<br />
Un hombre caminaba sosegadamente por un camino en los<br />
alrededores de una aldea india. Vestía una túnica simple, llevaba<br />
un hatillo a la espalda y calzaba sandalias. De pronto, alguien le<br />
alcanzó corriendo por detrás y le dijo entrecortadamente: "¡La<br />
piedra, la piedra! ¡Dame la piedra!. Tuve un sueño esta noche y<br />
la diosa Visnú me dijo que en<strong>con</strong>traría cerca de esta aldea a un<br />
hombre que posee la mayor piedra preciosa d<strong>el</strong> mundo y que yo<br />
podría <strong>con</strong>seguirla!"<br />
-"Quizá te refieres a ésta", dijo <strong>el</strong> otro sacando de su hatillo un enorme diamante, -<br />
"Lo en<strong>con</strong>tré esta mañana junto al camino. Llévat<strong>el</strong>o si quieres, yo no lo necesito".<br />
El otro <strong>con</strong>templó deslumbrado <strong>el</strong> diamante más grande y hermoso que jamás<br />
había visto. En sus dest<strong>el</strong>los veía todo lo que podría adquirir gracias a él: se haría<br />
rico, cambiaría de casa, tendría sirvientes, compraría <strong>el</strong> <strong>el</strong>ixir de la eterna<br />
juventud...Arrebató <strong>el</strong> diamante de las manos d<strong>el</strong> caminante y echó a correr. El<br />
hombre lo miró alejarse y se sentó a meditar a la sombra de un árbol junto al camino.<br />
Al atardecer vio venir hacia él al hombre que le había arrebatado <strong>el</strong> diamante por la<br />
mañana. Se le acercó <strong>con</strong> la piedra preciosa en la mano, se la entregó y le dijo:<br />
"Dime a cambio cuál es <strong>el</strong> secreto que te permite desprenderte <strong>con</strong> tanta facilidad<br />
de este diamante..."<br />
En un mundo como <strong>el</strong> nuestro en que la ambición por poseer, acumular y guardar<br />
es enfermiza, es un regalo en<strong>con</strong>trar gente libre y sobria, capaz de vivir “<strong>con</strong> una<br />
mochila y poco más...”<br />
TENGO CARTA DE SOFIA<br />
En los comienzos, en Amiens, que fue donde abrimos <strong>el</strong> primer<br />
colegio, vivíamos sin preocupaciones ni agobios, <strong>con</strong>tentas de tener<br />
tan poco: dormíamos en la misma habitación y no teníamos más<br />
muebles que la cama y una sola silla para todas. Pero éramos las<br />
mujeres más f<strong>el</strong>ices de la tierra. Nos apretujábamos en torno a un<br />
pequeño brasero, encendíamos una v<strong>el</strong>a y hablábamos de Jesús...No<br />
deseábamos nada más en <strong>el</strong> mundo. Como estábamos sin un céntimo,<br />
por las noches, mientras las niñas dormían, les limpiábamos los<br />
zapatos y nos quedábamos <strong>el</strong> dinero que <strong>el</strong>las daban para que viniera alguien a<br />
limpiárs<strong>el</strong>os (Creo que en estos tiempos les hubiéramos enseñado a hacerlo <strong>el</strong>las<br />
mismas...). Lo hacíamos sigilosamente, porque nos daba vergüenza que vieran a sus<br />
maestras haciendo un trabajo que <strong>el</strong>las <strong>con</strong>sideraban de sirvientas.<br />
Comíamos <strong>con</strong> <strong>el</strong>las y la comida era escasa. Además, como se servían las primeras<br />
y eran bastante egoístas, a nosotras sólo solía quedarnos <strong>el</strong> pan…Ahora que<br />
recuerdo aqu<strong>el</strong>los primeros tiempos, pienso si no nos equivocábamos al facilitarles<br />
tanto la vida, quizá es que éramos muy jóvenes y aún no sabíamos mucho de cómo<br />
educar.<br />
http://www.rscjinternational.org p. 50