opinión - Coplanet

mayorzaragoza
Por: Fernando Alarcón Herrero
Fotografías: Proyectos Gráficos
federico
Federico Mayor Zaragoza nació en Barcelona y estudió en la Universidad Complutense de Madrid, donde se
doctoró en Bioquímica. Fue nombrado Profesor en la Universidad de Granada antes de cumplir los 30 años,
donde llegó a ser Rector, 5 años más tarde. Desempeñó los cargos de Ministro de Educación y Ciencia,
Diputado del Parlamento Español y Presidente de la Comisión Parlamentaria de Educación y Ciencia. También
fue Diputado del Parlamento Europeo. Durante 12 años fue Director General de la UNESCO. Actualmente es
Presidente de la Fundación Cultura de Paz y Co-presidente del Grupo de Alto Nivel de la ONU para la Alianza
de Civilizaciones.
¿Cuál es el objetivo de la alianza de las civilizaciones?
El objetivo es establecer puentes donde hoy existe animadversión,
recelo o clara confrontación.
Tradicionalmente hemos vivido en sociedades donde
en lugar de procurar construir puentes de unión y pensar
que hablando podemos resolver la diferencia de
opiniones e incluso la diferencia de principios que
orientan nuestra vida, pues en lugar de eso lo que hemos
hecho ha sido intentar dominar al otro por la
fuerza o establecer una serie de pautas que no son discutibles,
y esto lleva a que muchas personas no defienden
aquello sobre lo que ellos han reflexionado sino
que defienden lo que les han dicho que tienen que defender
porque es indiscutible. Pues bien, la alianza de
civilizaciones pretende que, partiendo de la base de la
igualdad de todos los seres humanos y de la inexistencia
de predominio de ninguna raza sobre la otra (y este
es un principio fundamental), de ninguna ideología
sobre otra, de ninguna religión sobre otra, establecer
una armonía, una capacidad de encuentro, lo que podríamos
llamar establecer la fuerza del diálogo. La
alianza es un paso más del diálogo; el diálogo es decidir
utilizar la palabra en lugar de la confrontación por
la fuerza; sustituir la fuerza por la palabra es fundamental,
y creo que es el gran cambio. La alianza es el
resultado de este diálogo. Creo que de esta manera
queda claramente establecido de qué se trata; se trata
de establecer unos puentes a través del diálogo que
nos pueden llevar a tener acuerdos, a fijarnos en lo
que nos une en lugar de lo que nos separa, a evitar reacciones
emocionales y temperamentales; un diálogo
donde todos aceptan todo, cada persona puede pensar
lo que le parezca, y nadie tiene derecho a intentar
imponer por la fuerza su punto de vista y menos tiene
derecho a intentar imponer su punto de vista con un
tiro en la nuca. Por lo tanto, lo único que queda excluido
de este gran panorama del diálogo generalizado y
restablecimiento de lazos, de conexiones, de ver lo
que nos une, de armonía en la diferencia, es el extremismo;
el extremismo es inaceptable, porque el extremismo
intenta imponer en lugar de dialogar, intenta
la fuerza en lugar de la palabra.
Ha habido una serie de discusiones sobre si se
tenía que utilizar la palabra civilizaciones o si era mejor
utilizar la palabra culturas, o si era mejor utilizar la
palabra creencias, religiones, ideologías, y a mí la verdad
es que esto me tiene sin cuidado; en realidad, de
lo único que se trata es de una actitud, porque si empezamos
a establecer definiciones que pueden ser muy
sutiles, con matices que difícilmente son a veces reducibles
a algo que pueda llevarnos a un acuerdo, no llegamos
a nada. Lo que es importante es que queremos
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