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N° 96 • Lunes 1° de abril de 2013<br />
6 El bebé a quien...<br />
no le gustaba la televisión<br />
Cuento <strong>del</strong> escritor portugués Rui Zink<br />
Versión en español |Carolina Álvarez Arocha Ilustraciones| César Mosquera<br />
Había una vez<br />
un bebé muy<br />
lindo. A él le<br />
gustaban mucho<br />
su mamá y su<br />
papá.<br />
Le gustaba<br />
comer, jugar, y<br />
dormir. Bueno,<br />
dormir no mucho.<br />
Pero cuando<br />
dormía se sentía<br />
feliz. Tenía sueños<br />
muy agradables y<br />
dulces.<br />
Solo había una<br />
cosa que no le<br />
gustaba. Al bebé<br />
no le gustaba la<br />
televisión.<br />
¡De verdad!<br />
Siempre que<br />
mamá y papá<br />
estaban sentados<br />
en el sofá, el bebé<br />
corría a apagar el<br />
aparato.<br />
No importaba si<br />
era un programa<br />
de papá. O un<br />
programa de<br />
mamá. Al final<br />
el bebé siempre<br />
apagaba la<br />
televisión.<br />
A veces papá<br />
y mamá se<br />
fastidiaban. Y se<br />
ponían en guardia<br />
para evitarlo.<br />
Pero... sin grandes<br />
resultados.<br />
¡Caramba!<br />
¿Entonces al bebé<br />
no le gustaban<br />
los partidos de<br />
fútbol, ni los<br />
tigres, ni señores<br />
conversando? Pues<br />
no. Al menos no<br />
cuando aparecían<br />
en televisión.<br />
En todo el barrio<br />
ya se discutía el<br />
escándalo. ¡Al<br />
bebé no le gusta la<br />
televisión!<br />
No es posible,<br />
decía el señor<br />
Augusto.<br />
¿Cómo<br />
puede<br />
pasar esto?<br />
Preguntaba<br />
doña Clotilde.<br />
¡No puedo<br />
creerlo! Se<br />
indignaba el señor<br />
Vicente.<br />
El papá y la<br />
mamá estaban<br />
muy preocupados.<br />
Así que decidieron<br />
llevar al bebé al<br />
médico. El doctor<br />
examinó la barriga<br />
<strong>del</strong> bebé.<br />
Pero no encontró<br />
nada extraño.<br />
El papá y la<br />
mamá estaban<br />
realmente<br />
preocupados.<br />
Entonces<br />
decidieron llevar<br />
al bebé a casa<br />
<strong>del</strong> señor cura.<br />
Pero este no podía<br />
hacer nada.<br />
Hasta llevaron al<br />
bebé a una señora<br />
con poderes<br />
mágicos. Pero ella<br />
tampoco encontró<br />
una solución para<br />
el bebé a quien<br />
no le gustaba la<br />
televisión.<br />
Desanimados, los<br />
papás se sentaron<br />
en el sofá, frente<br />
a la televisión<br />
apagada. Ni<br />
se atrevían a<br />
encenderla ¿Para<br />
qué? Fue entonces<br />
cuando el bebé<br />
tomó la mano de<br />
mamá y apuntó