Nada es infinito - Sitio Oficial

El Universo innegable, real e inmanifestado nunca llegó a ser, y
desde siempre y para siempre será sin ningún cambio, no
teniendo principio ni pudiendo encontrar un final.
En cambio: “Lo que en algún tiempo tuvo principio carece de esencia real y
por consecuencia tendrá igualmente un final.”
El Universo Real siempre se ha mantenido completo, inmovible
e inalterable yuxtapuesto con sus leyes que se encuentran
completas sin que falte, se modifique o se agregue alguna.
Esta cualidad conlleva a la seguridad de que nada en el Universo
evoluciona o involuciona. Existen cambios aparentes en el mundo
fenoménico y únicamente dentro de las posibilidades de las leyes
perpetuas.
En concordancia, toda las sabiduría que notamos, utilizada en la
proyección cinemática del mundo ilusorio en la cual se contemplan el
conglomerado de los que —a nuestro circunscrito modo de pensar
consideramos diseños de la infinidad de seres biológicos y sus cambiantes
manifestaciones— Toda esa sabiduría —absolutamente íntegra— siempre
ha existido y siempre existirá en cualquier lugar de los que
apreciamos como Universo.
Por el hecho de que el ser humano siempre juzga de las cosas según su
frágil condición, ha creído que la Tierra en su crisol ha tenido que
ir inventado y perfeccionando poco a poco a los seres vivos, tras
lentas elucubraciones, desde la primera célula procariota hasta
llegar al hombre, el cual arbitrariamente supone que es el organismo
más perfectamente adaptado.
Las primeras eran células procariontes, aparentemente muy sencillas,
tenían que tener una cadena de ácido nucleico que almacenaría
su información genética.
Quiere decir que la íntegra información para que ocurrieran una serie de
posibilidades de organizaciones futuras ya estaba presente como en los
planos de un rascacielos moderno que comienza describiendo la primera
base de acero y concreto hasta erguirse en su soberbio tamaño final… al