Dos baleados por fin de semana - El Periódico

16 Sábado 9 de febrero de 2013
ENTREVISTA
Escribinos a redaccion@el-periodico.com.ar
Miguel Crisanto Molina
“Eva hablaba mucho y
Es el recuerdo que guarda Miguel Crisanto Molina, quien fue fotógrafo de la Fábrica Militar y que acompañó
a la pareja presidencial en su visita a San Francisco. También tuvo relación con otro presidente: Arturo Illia.
Por N.A.
Juan Domingo Perón
visitó en dos oportunidades
San Francisco:
en 1947 y 1948. En
el primer caso, la visita
consistió en un breve paso
por la estación ferroviaria
donde tomó contacto con la
población y sus autoridades.
Al año siguiente, en el mes
de febrero, “el general” volvió
para inaugurar el servicio
de agua corriente. Y además
pernoctó en la Fábrica Militar
(FM), un hecho inédito.
Por esos años, Miguel Crisanto
Molina era el fotógrafo
oficial de la FM y acompañó
durante toda la estadía al presidente
y a su esposa, Eva Duarte
de Perón, mientras hacía su
trabajo. Sin dudas, una ironía
del destino para este radical y
afiliado más antiguo que tiene
el partido en San Francisco, y
que a sus 87 años conserva una
memoria asombrosa.
Su curriculum indica que
usted deja de trabajar como
ordenanza en el Colegio
Nacional y a los pocos años
empieza a cumplir funciones
como fotógrafo en la Fábrica
Militar: ¿cómo fue ese paso?
Me quedé sin trabajo y comencé
a aprender el tema de
las fotografías. Luego me tocó
el servicio militar y al salir
en 1947 me entero que la Fábrica
Militar estaba incorporando
gente. En ese tiempo
era boom la Fábrica Militar,
trabajaban como 500 tipos.
Me decían esto y lo otro, que
pagaban no sé cuánto. “Miércoles”,
me dije. Y me mandé.
¿Se postuló como fotógrafo?
Hablé con el jefe de personal,
le dije que era fotógrafo y
me dijo que lo espere. Estuve
un rato solo. Al rato viene y me
dice que el director, que era el
mayor Julio Segundo Guzmán,
quería hablar conmigo.
Me junto con él y enseguida
me toma como empleado.
¿Así de rápido lo tomaron?
Así nomás. Me tomaron en
la parte técnica. ¿Pero qué pasaba?
El director de la Fábrica
Militar estaba haciendo su
campaña para ser gobernador
de Córdoba. Entonces le hacía
falta un fotógrafo. Un día me
dice que iba a haber varios actos
en Córdoba y tenía que ir a
hacer fotos en afiches que decían
“Guzmán gobernador”.
Le venía bien para sus aspiraciones
políticas.
Y a usted le vino bien porque
no solo consiguió trabajo
sino que fue testigo de un
hecho histórico de la ciudad
que fue una de las visitas del
general Perón, junto a Eva,
precisamente la del 24 de febrero
de 1948. ¿Qué recuerda
de eso?
Perón llegó con Eva a la Fábrica
más o menos a las cinco
de la tarde, llegó por la ruta 19
con un coche motor que dejó
en la calle y había un gentío
impresionante, por todo lo
que significaba en aquel momento.
Vinieron a la Fábrica
“Cuando salimos de la fábrica era impresionante
la cantidad de gente, que
gritaba ¡Perón! ¡Perón! Perón!, y seguía
los autos”
nomás, recibieron gente, a un
chico que tocaba bien el piano
y que después hizo muy buena
carrera gracias al apoyo de
Eva, había algunas mujeres
peronistas pero no había adentro
mucha gente. Yo tenía por
orden del director la exclusividad
de toda la visita de Perón,
era el único fotógrafo que había,
tenía una camioneta a mi
disposición para moverme. En
un momento salgo afuera de la
casa y los veo a Perón, su señora,
y a Guzmán, y ahí fue donde
le dijeron al director que se
‘quedara en el molde’ con la
campaña a gobernador. Lo que
pasa es que Eva Perón tenía su
candidato que era el brigadier
San Martín.
¿Cómo eran ellos? ¿Cómo lo
trataron a usted y los demás?
Perón era un tipo macanudo,
un tipo extraordinario, no
dialogué directamente con él,
pero estuve permanentemente
cerca porque sacaba las fotos,
entonces cuando pasaba alguno
le sacaba y todo así hasta
que a la tardecita salimos para
el centro para la inauguración
de la obra del agua corriente.
Cuando salimos de la fábrica
era impresionante la cantidad
de gente, que gritaba ¡Perón!
¡Perón!, y seguía los autos que
fueron por Urquiza, doblaron
por 25 de Mayo y fueron hasta
la esquina del Banco Nación
donde había unos portones
para entrar a la Estación de
Trenes en ese momento. Después
del acto volvimos a la
Fábrica, donde más tarde cenaron
con unas 14 personas
aproximadamente.
¿Y Eva?
Ella hablaba