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MIDNIGHT SUN

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Ah… Mio,­ la voz mental bastante ruidosa de la posadera se metió en mi<br />

cabeza. ­Mio, ah mío­.<br />

Pareció ser mi noche para hacer girar cabezas. ¿O sólo lo notaba yo porque<br />

deseaba tanto que Bella me viera del mismo modo? Nosotros éramos siempre<br />

atractivos a nuestra presa. Nunca había pensado tanto en ello antes. ¿Por lo<br />

general ­ a no ser que, como con gente como Shelly Cope y Jessica Stanley,<br />

allí la repetición constante fuera a superar el horror ­ el miedo dio patadas<br />

rápidamente después de la atracción inicial …<br />

"Una mesa para dos" incité cuando la posadera no habló.<br />

“Ah, er, sí. Bienvenidos a la bella Italia.” ¡Mmm...! ¡Qué voz! "Por favor sígame"<br />

sus pensamientos eran preocupadamente interesados. Tal vez ella es su<br />

prima. No podía ser su hermana, no tiene la misma mirada. Pero familia,<br />

definitivamente. Él no puede estar con ella.<br />

Esos ojos humanos estaban nublados, no vieron nada claramente. ¿Cómo<br />

podría ser que la mujer importada encuentre mis trampas de señuelos físicas,<br />

para las presas tan atractivas, y aún ser incapaz de ver la perfección suave de<br />

la muchacha a mi lado?<br />

Bien, no hay ninguna necesidad de echarle una mano, por si acaso, la<br />

posadera pensó mientras nos condujo a una mesa familiar en medio de la parte<br />

más atestada del restaurante. ¿Puedo darle mi número mientras ella está<br />

allí…? Ella reflexionó. Saque un billete de mi bolsillo trasero. La gente era<br />

invariablemente cooperativa cuando el dinero estaba implicado. Bella ya<br />

tomaba el asiento que la posadera indicada sin objeción. Sacudí mi cabeza<br />

hacia ella, y vaciló, amartillando su cabeza con curiosidad. Sí, ella sería muy<br />

curiosa esta noche. Una muchedumbre no era el lugar ideal para esta<br />

conversación.<br />

"¿Quizás algo más privado?" solicité a la posadera, dándole el dinero. Sus ojos<br />

se ensancharon en la sorpresa, y luego se estrecharon mientras su mano se<br />

cerraba alrededor del dinero.<br />

“Seguro" Echó una ojeada al dinero mientras nos condujo alrededor de una<br />

pared divisora. ¿Cincuenta dólares para una mejor mesa? Rico, también. Esto<br />

tiene otro sentido­apuesto que su chaqueta cuesta más que mi último pago.<br />

Maldito. ¿Por qué quiere intimidad con ella? Ella nos ofreció una cabina en una

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