Layout 2 - Fundació Uriach 1838
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Imagen 6: elementos morfológicos de la sangre. J. von Mering, Tratado Elemental de Patología<br />
Interna (Santiago, tipografía Galaica, 1905, vol. iii, entre pp. 114 y 115).<br />
espera de encontrar esa bacteria responsable,<br />
hecho que nunca ocurriría.<br />
en un diccionario tan acreditado<br />
como el de Émile Littré (1801-1881)<br />
se decía «La hipótesis de la naturaleza<br />
parasitaria debe reservarse hasta<br />
el descubrimiento de su agente infeccioso»<br />
95 . esta teoría tampoco ha merecido<br />
la atención de los historiadores<br />
posteriores 96 .<br />
Las teorías digestivas no resisten<br />
las pruebas experimentales<br />
La idea de que el hígado podía<br />
tener algo que ver con la clorosis no<br />
era nueva, pero desde luego no había<br />
tenido la implantación e importancia<br />
social que se le concedió a la teoría<br />
menstrual y a la praxis que ella de-<br />
A la búsqueda de una identidad inalcanzable: laboratorio vs clorosis<br />
mandaba. A finales del siglo XViii y<br />
comienzos del XiX, en el marco de<br />
discusiones sobre la enfermedad -especialmente<br />
con la doctrina de William<br />
cullen (1710-1790)- volvió a<br />
emerger con una relativa fuerza social.<br />
Andrew Fogo (1744-1813),<br />
James Hamilton (1749-1835), c.-c.<br />
Marius trabuc y Samuel Fox (m. c.<br />
1854) la protagonizaron en la primera<br />
mitad del siglo97 . Aceptar el origen<br />
hepático de la enfermedad era<br />
privarla de su condición de género y<br />
obligaba a rechazar la tradicional terapéutica<br />
matrimonial98 . el cirujano<br />
británico Fox la defendió nuevamente<br />
en 1839. para Fox la clorosis<br />
era una enfermedad que tenía su origen<br />
en el hígado, que se encontraba<br />
hipertrofiado, resultante de una obstrucción<br />
de las extremidades capilares<br />
de los canales biliares. pensaba<br />
que en estas circunstancias la bilis de<br />
las cloróticas era insuficiente tanto<br />
cualitativa como cuantitativamente,<br />
hecho que para Fox explicaba la fenomenología<br />
clínica de la enfermedad<br />
(palidez, amenorrea, trastornos<br />
del apetito) 99 .<br />
esta teoría no gozó de apoyos y<br />
prácticamente pasó desapercibida<br />
durante los siguientes treinta años. el<br />
hígado dejó de estar en el punto de<br />
mira. en 1887 Grégoire André (fl.<br />
1868-1914), que en 1891 sería nombrado<br />
encargado de la cátedra de patología<br />
interna en la recién creada<br />
Facultad de Medicina de toulouse, estudió<br />
ocho casos y basándose casi exclusivamente<br />
en datos clínicos, la<br />
constatación de la matidez hepática,<br />
afirmó que la atrofia de este órgano<br />
era constante, si bien pasajera al desaparecer<br />
tras un tratamiento marcial<br />
(hierro). en tres de los casos hizo<br />
igualmente determinación de la urea<br />
urinaria encontrando su excreción<br />
disminuida que igualmente aumentaba<br />
con el tratamiento100 . tumefacción<br />
del hígado fue constatada por<br />
Étienne Lancereaux (1829-1910) y<br />
paul Louis Alexander tissier (1863-d.<br />
1912) publicó la autopsia de una clorótica<br />
que presentaba degeneración<br />
grasa de su hígado101 .<br />
Ante unos resultados anatomopatológicos<br />
tan inciertos Augustin Nicolas<br />
Gilbert y Joseph castaigne (1871-<br />
1951) acometieron la tarea de estudiar<br />
en seis supuestas cloróticas su funcionalismo<br />
hepático. en aquellos años finales<br />
del siglo XiX ya se había estable-<br />
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