Carica Por Toto - Géminis Papeles de Salud
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Otro temblor, los mismos miedos<br />
Cuando <strong>de</strong>spiertan <strong>de</strong>l sueño y entien<strong>de</strong>n que están ante la más cruda realidad, más cruda<br />
que antes, igual <strong>de</strong> real, juntan metales y lo que se pueda ven<strong>de</strong>r o sirva para hacer casillas.<br />
Jeremy tiene su casilla avanzada en la plaza frente al amasijo <strong>de</strong> piedras que era el Palacio <strong>de</strong><br />
Justicia<br />
<strong>Por</strong>: Marcos Salgado<br />
::Haití<br />
Puerto Príncipe amaneció en pánico. Otro temblor, bien fuerte, cuando amanecía el día 8 tras el<br />
terremoto que <strong>de</strong>vastó la ciudad, renovó los miedos <strong>de</strong> una sociedad que no para <strong>de</strong> sufrir. El<br />
manual <strong>de</strong>l sismólogo dice que las réplicas <strong>de</strong> los terremotos por lo general se separan cada vez más<br />
en el tiempo, y son cada vez menos intensas. En Haití no. La nueva réplica fue <strong>de</strong> 6,1 y llegó luego<br />
<strong>de</strong> cuatro días sin temblores evi<strong>de</strong>ntes.<br />
Los primeros periodistas que llegaron a Haití con los que compartimos campamento, certificaron<br />
que la réplica <strong>de</strong> este miércoles fue la más intensa y extendida <strong>de</strong> todas. Así <strong>de</strong>be ser, porque varios<br />
edificios <strong>de</strong> Puerto Príncipe terminaron <strong>de</strong> colapsar. Las pare<strong>de</strong>s laterales <strong>de</strong> la Catedral, uno <strong>de</strong> los<br />
edificios más altos <strong>de</strong> esta ciudad baja, cayeron y también parte <strong>de</strong> un campanario que, ya lo<br />
habíamos visto, pendía <strong>de</strong> un hilo. El Palacio Presi<strong>de</strong>ncial se hundió aún más y algunas casas <strong>de</strong>l<br />
centro terminaron <strong>de</strong> colapsar. Es difícil <strong>de</strong>terminar cuáles, este cronista no podría adivinarlo, pero<br />
más cadáveres aparecieron en las calles y, a todas luces, eran ''nuevos''.<br />
Pero si es difícil <strong>de</strong>tectar <strong>de</strong>sastre nuevo en el gran <strong>de</strong>sastre, no es nada complicado percibir lo que<br />
el nuevo temblor causó en los haitianos: más miedo. Volvieron las miradas extraviadas a Puerto<br />
Príncipe, cientos caminando a ninguna parte y cientos caminando, ellos sí, con un objetivo claro:<br />
salir <strong>de</strong> la ciudad trampa, salir <strong>de</strong> la ciudad en ruinas que tiembla y tiembla.<br />
Salir, sí. Pero no muy lejos. Los haitianos no pue<strong>de</strong>n viajar a ningún país <strong>de</strong>l mundo sin visa. Ni<br />
siquiera pasar la única frontera terrestre, con República Dominicana. Y si alguien se le ocurriese<br />
lanzarse al mar, no llegarían muy lejos: un barco <strong>de</strong> guerra estadouni<strong>de</strong>nse los espera en la misma<br />
bahía <strong>de</strong> la ciudad. Mas lejos hay un portaaviones, que no se distingue tras la niebla tozuda <strong>de</strong> la<br />
bahía.<br />
Es que la jefa <strong>de</strong> la política exterior estadouni<strong>de</strong>nse, Hillary Clinton, dice que patrullan las aguas<br />
para eso, para evitar salidas masivas, mientras su esposo, el ex presi<strong>de</strong>nte Bill Clinton, recorre<br />
Puerto Príncipe con cara <strong>de</strong> circunstancia.