M.ª FUENCISLA GARCÍA CASAR <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Salamanca De la Sefarad judía a la España conversa Alonso <strong>de</strong> Espina, Fortalitum fi<strong>de</strong>i contra judíos, sarracenos, aliosque christiane fi<strong>de</strong>i inimicos (<strong>Castilla</strong>, 1460), Madrid, Biblioteca Nacional (R/27056, fol. 1r) «No pienses correrme por llamar los ebreos mis padres. Sonlo por cierto y quiérolo; ca si antigüedat es nobleza, ¿quién tan lexos? Si virtud, ¿quién tan cerca? O si al modo <strong>de</strong> España la riqueza es fidalgía, ¿quién tan rico en su tiempo?» Tales palabras pone en boca <strong>de</strong>l obispo converso don Alonso <strong>de</strong> Cartagena, el poeta <strong>de</strong> la corte <strong>de</strong> Juan II, Juan <strong>de</strong> Lucena en su Diálogo <strong>de</strong> vita beata, como réplica a las invectivas que le lanzara otro poeta, Juan <strong>de</strong> Mena, al recordarle su ascen<strong>de</strong>ncia judía. Que el obispo <strong>de</strong> Burgos Alonso <strong>de</strong> Cartagena pronunciara o no estas palabras, no es relevante, pero sí lo que ahí se expresa. Resume con contenida emoción y orgullo la conciencia humana, religiosa, social y hasta política que al menos una parte <strong>de</strong>l elemento converso había logrado en aquella convulsa España <strong>de</strong>l siglo XV. ¿Qué actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> aceptación y <strong>de</strong> rechazo se habían ido fraguando al correr <strong>de</strong> los siglos en el tejido social, religioso y político español, hasta hacer suyas en mayor o en menor medida el grupo social converso, prebendas exclusivas <strong>de</strong>l cristiano viejo como el linaje por nacimiento, la nobleza, la virtud, la riqueza y la hidalguía, sentidas con una dignidad y una distinción difícilmente superables? Un hecho es cierto: el leonés, el castellano, el navarro, el aragonés siempre fue y se sintió cristiano, la existencia colectiva mayoritaria que combatía al moro y a todo lo extraño a sus valores, sentimientos y méritos colectivos. En cambio, el judío <strong>de</strong> Sefarad no siempre fue judío a los ojos <strong>de</strong> aquella colectividad que en un momento dado empezó a ser llamada española, pues cuando una porción excluida, adoptó la condición <strong>de</strong> cristiano, ésta se escindió en dos referencias adjetivales irreconciliables: viejo y nuevo. Si es cierto que el converso fue creación cristiana, no lo es menos que el criptojudío, el mal cristiano y peor judío, lo fue judía. Representémonos esquemáticamente a fin <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rla bien, la complicación <strong>de</strong>l proceso que tuvo lugar. El judío fue un repoblador útil, necesario y respetado en los primeros siglos <strong>de</strong> batalla contra el sarraceno. Los fueros lo salvaguardaban <strong>de</strong> atropellos y le conferían igualdad con el cristiano en materia judicial: «Si un judío y un cristiano pleitean por algo, <strong>de</strong>signen dos alcal<strong>de</strong>s vecinos, uno <strong>de</strong> los cuales sea cristiano y el otro judío» (Fuero <strong>de</strong> Cuenca). Cristianos, moros y judíos convivían, se necesitaban. Pero no nos llamemos a engaño, lo que compartían eran intereses nacidos <strong>de</strong> contactos, mas eran ajenos a todo sentimiento <strong>de</strong> comunidad hispánica. <strong>La</strong> invisible línea que jamás traspasaron fue la <strong>de</strong> experimentar un profundo sentimiento <strong>de</strong> grupo diferenciado e in<strong>de</strong>pendiente, caracterizado por sus peculiares situaciones histórico-espirituales. Aproximación y convivencia sí, pero esto nada tiene que ver con el hecho <strong>de</strong> que en algún momento pudieran estimarse here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> la misma historia. Protegidos por los reyes —«están bajo nuestro amparo e <strong>de</strong>fendimiento real»—, utilizados por los concejos, los nobles y los prelados como administradores, recaudadores y arrendadores <strong>de</strong> sus bienes, los judíos hicieron <strong>de</strong> esa <strong>de</strong>manda social, ávida siempre y ne- 425