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« ...me desperté gritando:
“¡Quiero dejar de beber!”... »
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« el predicador dijo “¿Está
usted vacío? ¡Llene ese
vacío!” »
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« Pensé en nuestras vidas,
vivíamos cómodamente,
nuestros hijos estudiaban,
estábamos “bien”. »
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Por Denisse Cárcamo
Manuel, mejor conocido como Papa
Meme, muy pronto cumplirá 60 años
de matrimonio con su esposa Juanita.
Como pastores en Campamento de
Dios, están a cargo de supervisar el
trabajo en varias misiones. Ambos
procrearon cinco hijos y tienen once
nietos. Seamos bendecidos al leer
el testimonio de su matrimonio, el
cual es un verdadero reflejo de la
misericordia de Dios.
Revista Presencia (RP): ¿Dónde
se conocieron?
Manuel (M): Nos conocimos en la
hacienda San Mauricio, Usulután.
Hace 61 años.
Juanita (J): Manuel llegó a trabajar
como jefe de la oficina de la
hacienda, donde vivía yo.
RP: ¿Cómo surgió el
enamoramiento?
M: A la semana de conocer a
Juanita le propuse matrimonio.
J: Quizá creyó que yo era fácil, pero
la verdad es que fue amor a primera
vista.
M: Después de dos años de amistad
y de hablar todas las noches debajo
de una lámpara en casa de sus
padres, nos casamos.
RP: ¿Cómo fueron los primeros
años de matrimonio?
M: ¡Dificilísimos! Fui alcohólico los
primeros ocho años de nuestro
matrimonio, pero a pesar de mi
adicción, para la honra y gloria de
Dios, Juanita ha sido la única mujer
en mi vida.
RP: ¿Qué lo motivó a abandonar el
alcoholismo?
M: La mañana que Dios alumbró mi
vida para renunciar a la bebida, me
desperté gritando: “¡Quiero dejar
de beber!” Juanita se despertó y
dijo “¡Te callas ya! Siempre decís
lo mismo y nunca lo haces. Anda y
bébete esa media botella que está
en ese botiquín y te dormís”. Ahí es
donde ocurrió el milagro, a la par
de la botella estaba un folleto de
los Alcohólicos Anónimos, lo abrí y
tenía un artículo llamado “agregue
una nueva dimensión a su vida”, lo
leí, vacié la botella y me dormí.
Al día siguiente mis compañeros de
trabajo me ofrecieron el primer trago
del día, pero les dije “a partir de hoy
ya no voy a tomar” y no tome. Un
año después fui a los Alcohólicos
Anónimos, hasta ese momento
Juanita me creyó que ya no bebía.
RP: ¿Cómo fue su conversión a
Cristo?
M: Me gustaba escuchar música
en la radio. Un día escuchando un
partido de futbol cambié la emisora
porque mi equipo estaba perdiendo,
escuché una música que me
encantó y el predicador dijo “¿Está
usted vacío? ¡Llene ese vacío!”
Pensé en nuestras vidas, vivíamos
cómodamente, nuestros hijos
estudiaban, estábamos “bien”. Sin
embargo, cuando el predicador
dijo que Dios haría descansar a los
cansados e invitó a recibir a Cristo,
hice la oración y lo acepté.
Durante un año fui cristiano en
silencio. Un día esperaba a mi hijo
Juan Manuel cerca de las 12 de la
noche. Llegó y me dijo “Papá, quiero
hablar algo seriamente contigo. Dios
te ama y tiene un plan maravilloso
para tu vida” Como estaba enojado,
le respondí molesto “¿Qué querés
hablar de mi Señor?” ambos nos
contamos que habíamos aceptado
a Cristo y comenzamos a predicar
en la familia. Mi esposa recibió al
Señor en la iglesia Maranata.
RP: ¿Qué consejo darían a los
jóvenes?
M: Deben huir de las pasiones
juveniles, buscar consejos de los
ancianos. Rendir cuentas a sus
padres y líderes espirituales.
RP: ¿Qué pudieran decirle a los
matrimonios?
M: Contamos nuestra historia no
para que la gente diga “Ellos no han
tenido problemas” por qué sí hemos
tenido, pero ahora Cristo está en
nuestro matrimonio y las cosas ya
no son difíciles gracias a Él.
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