Dossier de prensa La verdad sobre el caso Harry Quebert - Alfaguara
Dossier de prensa La verdad sobre el caso Harry Quebert - Alfaguara
Dossier de prensa La verdad sobre el caso Harry Quebert - Alfaguara
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
«El buzón <strong>de</strong> Goose Cove resumía perfectamente <strong>el</strong> estado <strong>de</strong> la reputación <strong>de</strong> <strong>Harry</strong>: toda<br />
América, tras haberle admirado, le abucheaba y le cubría <strong>de</strong> cartas insultantes. Era <strong>el</strong> mayor<br />
escándalo <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> la edición: Los orígenes <strong>de</strong>l mal había <strong>de</strong>saparecido completamente<br />
<strong>de</strong> las librerías y <strong>de</strong> los programas escolares, <strong>el</strong> Boston Globe había canc<strong>el</strong>ado su<br />
colaboración con <strong>Harry</strong> <strong>de</strong> forma unilateral; en cuanto al consejo <strong>de</strong> administración <strong>de</strong> la<br />
Universidad <strong>de</strong> Burrows, había <strong>de</strong>cidido r<strong>el</strong>evarle <strong>de</strong> sus funciones con efecto inmediato. Los<br />
periódicos le <strong>de</strong>scribían abiertamente como un <strong>de</strong>predador sexual; era <strong>el</strong> tema <strong>de</strong> todos los<br />
<strong>de</strong>bates y las conversaciones. Roy Barnaski, oliéndose una oportunidad comercial sin prece<strong>de</strong>ntes,<br />
quería sin falta publicar un libro <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> asunto. Y como Douglas no conseguía<br />
convencerme, acabó llamándome en persona para darme una pequeña lección <strong>de</strong> economía<br />
<strong>de</strong> mercado:<br />
—El público quiere ese libro —me explicó—. Escuche esto, la acera está llena <strong>de</strong> fans coreando<br />
su nombre.<br />
Conectó <strong>el</strong> altavoz e hizo una señal a sus ayudantes, que exclamaron: ¡Gold-man! ¡Goldman!<br />
¡Gold-man!<br />
—No son mis fans, Roy, son sus ayudantes. Buenos días, Marisa.<br />
—Buenos días, señor Goldman —respondió Marisa.<br />
Barnaski volvió a coger <strong>el</strong> t<strong>el</strong>éfono.<br />
—En fin, piéns<strong>el</strong>o bien, Goldman. Sacamos <strong>el</strong> libro en otoño. ¡Éxito seguro! ¿Le parece bien<br />
mes y medio para escribirlo?<br />
—¿Mes y medio? Me costó dos años escribir <strong>el</strong> primero. De hecho, ni siquiera sé qué podría<br />
contar, no se sabe nada <strong>de</strong> lo que pasó.<br />
—Mire, le voy a poner en contacto con unos escritores fantasma para que vaya más <strong>de</strong>prisa.<br />
A<strong>de</strong>más, no es necesario que sea gran literatura: la gente quiere <strong>sobre</strong> todo saber lo que hizo<br />
<strong>Quebert</strong> con la chica. Limítese a contar los hechos, con algo <strong>de</strong> suspense, <strong>de</strong> morbo y un<br />
poco <strong>de</strong> sexo, claro.<br />
—¿Sexo?<br />
—Vamos, Goldman, no le voy a enseñar ahora su trabajo: ¿quién querría comprar <strong>el</strong> libro si<br />
no hubiese escenas subidas <strong>de</strong> tono entre <strong>el</strong> vejestorio y la chiquilla <strong>de</strong> siete años? Eso es lo<br />
que quiere la gente. Ven<strong>de</strong>remos millones, incluso si no es bueno. Eso es lo que cuenta, ¿no?<br />
—¡<strong>Harry</strong> tenía treinta y cuatro años y Nola quince!<br />
—No sea quisquilloso... Si escribe ese libro, le anulo <strong>el</strong> contrato prece<strong>de</strong>nte y le ofrezco a<strong>de</strong>más<br />
medio millón <strong>de</strong> dólares <strong>de</strong> anticipo para agra<strong>de</strong>cerle su colaboración.<br />
Me negué en redondo y Barnaski enfureció:<br />
—Muy bien, ya que se pone usted así, Goldman, le voy a <strong>de</strong>cir una cosa: o me entrega un<br />
manuscrito <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> exactamente once días ¡o le <strong>de</strong>mando y le arruino!»