14.07.2014 Views

TAPA 66 NUEVA.qxd - Facultad de Ciencias Sociales - Universidad ...

TAPA 66 NUEVA.qxd - Facultad de Ciencias Sociales - Universidad ...

TAPA 66 NUEVA.qxd - Facultad de Ciencias Sociales - Universidad ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Temaúnico<br />

¿Qué le saldrá más caro al Gobierno:<br />

la inflación o el IPC?<br />

La polémica pública <strong>de</strong>satada en torno a la intervención <strong>de</strong>l Gobierno para modificar la metodología<br />

con que se venía calculando el Índice <strong>de</strong> Precios al Consumidor por parte <strong>de</strong>l INDEC<br />

no podía estar ausente en nuestras páginas. Por eso convocamos a tres profesores <strong>de</strong> la Casa<br />

vinculados académica y profesionalmente a la temática para que nos ayu<strong>de</strong>n a compren<strong>de</strong>r<br />

qué es lo que se está discutiendo y qué consecuencias pue<strong>de</strong> traer.<br />

Empirismo lógico y triangulación metodológica en la construcción social <strong>de</strong> la realidad<br />

por Agustín Salvia*<br />

Existe un amplio acuerdo epistemológico acerca <strong>de</strong> que los datos -incluidos los datos estadísticos- no son una expresión directa<br />

<strong>de</strong> la realidad sino una construcción simbólica investida <strong>de</strong> sentido. Aplicando esta máxima posmo<strong>de</strong>rna y mintiendo<br />

cierto aire progresista, el actual gobierno espera po<strong>de</strong>r refutar la realidad. El problema es que sólo sabe la mitad <strong>de</strong> esta lección<br />

metodológica. El hecho <strong>de</strong> que los datos no son la realidad y la insoportable levedad <strong>de</strong> los mismos constituya una constante<br />

hace que el or<strong>de</strong>n fáctico, cualquiera sea su naturaleza -objetiva o i<strong>de</strong>al-, sea un referente no sólo obligado sino necesario<br />

para la elaboración <strong>de</strong> discursos racionales. De ahí que la realidad representada -aunque manipulable- no pueda hacerse<br />

verosímil <strong>de</strong> cualquier manera.<br />

Cuando <strong>de</strong>terminados supuestos no se ajustan a las evi<strong>de</strong>ncias empíricas, el método científico conduce a <strong>de</strong>jar en suspenso<br />

-aunque sea <strong>de</strong> manera provisora- las proposiciones conceptuales que le dan sustento, manteniendo vigente las representaciones<br />

basadas en los hechos conocidos. Sin embargo, nada impi<strong>de</strong> que un científico confiado en sus hipótesis continúe<br />

esforzándose por generar evi<strong>de</strong>ncias empíricas que permitan refutar los supuestos en discusión, y es posible que lo logre.<br />

Frente a este mismo problema, el político está obligado en cambio a aceptar la realidad tal cual se le presenta o modificarla,<br />

es <strong>de</strong>cir, transformar los hechos para que la representación esperada resulte creíble. Ahora bien, es cierto que existen -<br />

tanto para el científico como para el político- algunas vías alternativas. Una <strong>de</strong> ellas, es alterar <strong>de</strong> manera directa o indirecta<br />

los enunciados observacionales que hacen referencia a los hechos, sin advertir -sea por ignorancia o por dolo- que el<br />

referente conceptual no es el mismo. De este modo, se hace <strong>de</strong>cir a ciertos hechos algo que no son y se argumenta <strong>de</strong> manera<br />

falaz sobre su significado general. Otra alternativa, aunque más burda y evi<strong>de</strong>nte, es torturar al prisionero -o a los actores<br />

sociales- hasta que digan lo que se quiere que digan. Obviamente, una acción necesaria para eludir cualquier sospecha<br />

sobre ambos procedimientos es no <strong>de</strong>jar testigos.<br />

Pero más allá <strong>de</strong> que ciertas normas lo prohíban, nada impi<strong>de</strong> en la práctica social que los hechos puedan ser representados<br />

<strong>de</strong> manera fraudulenta, al menos por un tiempo. El tiempo <strong>de</strong> duración <strong>de</strong> un frau<strong>de</strong> no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> la "fuerza moral" que<br />

pueda tener la realidad alterada, ni <strong>de</strong>l "valor ético" que haya sido vulnerado. Tanto la verosimilitud <strong>de</strong> la falacia como su<br />

tiempo <strong>de</strong> duración <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> las consecuencias sobre la construcción social <strong>de</strong> nuevas representaciones y sus efectos <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>r. De aquí surge otra lección aprendida sólo a medias por parte <strong>de</strong>l gobierno. Al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> Foucault, la "verdad" no está<br />

fuera <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, ni carece <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r; es <strong>de</strong> este mundo, está producida gracias a múltiples imposiciones. Por lo mismo, y si<br />

bien ha habido una evolución histórica <strong>de</strong> los modos <strong>de</strong> conocer y representar verda<strong>de</strong>s, cada sociedad y etapa histórica tie-<br />

Revista <strong>Ciencias</strong> <strong>Sociales</strong> <strong>66</strong> -UBA- abril <strong>de</strong> 2007<br />

11

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!