Nro 2 - Centro Cultural Ricardo Rojas
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Chongos<br />
DE MEXICO:<br />
GAEL GRACIA BERNAL,<br />
comenzó en teatro con sus<br />
papis desde muy pequeño,<br />
ha hecho televisión y en<br />
cine hasta se montó para<br />
hacer La Mala Educacion<br />
con Almodovar.<br />
DE BRASIL:<br />
REYNALDO GIANECCHINI,<br />
desde las pasarelas y publicidades<br />
de reconocidas<br />
marcas, este guapetón ha<br />
establecido Lazos de<br />
Familia con sus espectadoras.<br />
Generó Esperanza en<br />
sus fans con una sonrisa<br />
Belissima nos propuso<br />
ahora Siete Pecados.<br />
Y DE ACA:<br />
JOAQUIN FURRIEL, desde<br />
el teatro, el cine y la televisión,<br />
nos ha conquistado<br />
con esa mirada dulzona,<br />
por mas que haya intentado<br />
ser malo en Montecristo lo<br />
queremos igual y ahora es<br />
todo un Don Juan.<br />
Al pan, pan y al nombre, nombre<br />
Para nosotras, el nombre elegido nos da un segundo<br />
nacimiento en el que ponemos todo nuestro arte de<br />
bautismo. Cuando Lohana Berkins trabajaba en la<br />
Legislatura como secretaria de Patricio Echegaray, tenía<br />
que imponer nuestro nombre de travas.<br />
En la puerta de admisión de la Legislatura, se pide el documento. “Entonces<br />
un día, vino una compañera que se llamaba ponele ‘Roldán Pérez y Gauna’,<br />
apellidos que eran violentamente distintos a los famosos nombres de Liza<br />
Milelli o Julia Roberts. Leer el nombre y verla a ella era como casar a Don<br />
Segundo Sombra con Marilyn Monroe”, cuenta Lohana. “El tipo de la entrada<br />
me llamó por teléfono y me dijo: ‘Está el señor Fulano de Tal’. Entonces yo<br />
bajé y me mandé un catereteo, o sea un escándalo de elevadas proporciones.<br />
Le empecé a gritar al de la entrada que estaba bien que tuvieran que<br />
pedir los documentos, pero que cuando preguntara el nombre respetara la<br />
identidad. Entonces a partir de ahí se les toma el documento pero se les<br />
dice: ‘Su nombre, por favor’. Ellas, que también aprendieron –antes por ahí<br />
decían ‘Felipe’ o ‘Rosendo’– ahora dicen Marlene, Mónica, Samantha, o lo<br />
que sea. Entonces los de admisión me dicen por ejemplo: ‘Está la señorita<br />
Samantha para usted’. Les quedó reclaro”.<br />
Los babys:<br />
feos pero no dolían<br />
A la luz de un velador, en una casita de Beccar,<br />
tengo la pierna extendida sobre la mesa, el<br />
pantalón arremangado.<br />
-–Bien para un caballo pura sangre pero mal<br />
para una trava ¿no?<br />
–-No te calentés. Los babys no son sólo para<br />
el culo.<br />
Laura, que debutó en la comparsa de Los<br />
ciclones de Torcuato y ahora trabaja en el<br />
Rosedal, me palpa la pantorrilla de palito de<br />
tambor y larga la receta:<br />
-–Te hacés tres planchas de goma espuma<br />
distinto tamaño y forma. Una más grande,<br />
otra más chica, otra todavía más y así seguís,<br />
para dar volumen. La curva la sacás quemando<br />
los bordes con una cuchara. Después te<br />
ponés una media de lycra que se adhiera al<br />
cuerpo, arriba otra color carne, y ya está: de<br />
pata de palo a pierna de diva.<br />
¡Honor a ese<br />
oriental, carajo!<br />
En el Museo de la Morgue, que<br />
ilustra sobre casos policiales, está<br />
la réplica de un hombre trans cuyo<br />
único delito ha sido llevar las<br />
ropas y la vida del sexo opuesto.<br />
Sin nombre debería ser reclamado<br />
como figura emblemática por la<br />
comunidad Trans. Su cartelito<br />
reza: “Uruguaya, 48 años, casada, empleada”. Desde hacía veinticinco<br />
años, figuraba como empleado en la repartición Nacional. Un hombre que<br />
se caracterizaba por su carácter enérgico. Bebía y jugaba hasta con exceso:<br />
había contraído enlace separándose de su esposa al cabo de dos años.<br />
En la actualidad, vivía en compañía de una mujer de más o menos cuarenta<br />
y cinco, cincuenta años, con la cual dividía los gastos de la vivienda. Una<br />
mañana sufrió un síncope en el patio de la casa, falleciendo en el hospital<br />
adonde se le había conducido, constatándose su verdadero sexo. En la<br />
autopsia se comprobó que la muerte no correspondía a un hecho delictuoso.<br />
Obsérvese los senos desfigurados por excesiva compresión a la que<br />
fueron sometidos durante tantos años. El útero tiene de interesante su<br />
característico aspecto de regresión en relación con la edad, constituyendo<br />
un bloque informe que contrasta con otros úteros que se exhiben en este<br />
museo y en plena vitalidad. Piezas 30, 31 y 32 “Senos, vulva, ano, útero y<br />
anexos”. Botín de guerra de la transfobia triunfante, ese oriental mereció<br />
ser cantado por Borges junto a Juan Muraña.<br />
CHONGOS Y TRAVESURAS | el Teje | 5