septiembre

econstrucción
reconstrucción
La vida y obra de san Alberto Hurtado ha calado hondo en
el corazón de la comunidad, que ha celebrado en distintas
formas este mes dedicado a su memoria.
Reconstrucción de templos
A paso lento pero sin
desfallecer
La alegría de la comunidad de Chépica en la dedicación de su
nuevo templo parroquial es el fruto de un largo tiempo de
trabajo, de esperanza compartida, de gestiones y paciencia.
La comunidad de Peralillo está próxima a vivir momentos similares.
Ambas han logrado reconstruir sus templos con apoyo financiero del
Gobierno gracias a la oportunidad única que abrió el Parlamento y los
esfuerzos de autoridades regionales del gobierno pasado y, como
ellas, otras veinte comunidades esperan llegar también a ese feliz
momento.
Con financiamiento del Estado
El proceso para lograrlo no ha sido fácil. Ha tenido altos y bajos. A
veces trámites que de por sí son complejos, poco conocidos o llenos
de detalles. Otras veces porque quienes tienen la responsabilidad de
llevarlos adelante se dejan estar y el proyecto no avanza.
Hay otros templos próximos a concluir sus obras: en El Olivar y
Paredones, por ejemplo están terminando su restauración. Otros
siete están a cargo de la Dirección Regional de Arquitectura y
se encaminan al inicio de las obras: san Vicente de Tagua Tagua,
san Fernando Rey, Paredones, Lolol, La Compañía, san José de
Chimbarongo y Las Cabras. En situación parecida de avance, pero a
cargo de la municipalidad respectiva, se encuentran los templos de
Pichilemu, Malloa y Doñihue. Hay otros que tienen aprobados los
recursos financieros pero aún no logran dar los pasos para ver que
sus esperanzas se concreten: san Francisco y Madre de la Divina
Providencia en Rancagua, Cunaco, Yáquil y La Torina, en Pichidegua.
Además, el templo de Zúñiga se está tramitando en el Consejo de
Monumentos Nacionales.
Esfuerzo de las propias
comunidades
Por otra parte, varias comunidades están ya utilizando sus templos
reconstruidos o completamente restaurados gracias a sus propios
esfuerzos liderados por sus respectivos párrocos, con generosos
aportes de donantes locales en varios casos: la Iglesia Catedral de la
diócesis y los templos de Santa Cruz, Litueche, Tinguiririca, Nancagua,
Placilla, Pelequén, Graneros, San Francisco de Mostazal, Peumo,
Rosario, Rengo, Corcolén, Los Lirios, El Manzano, san Agustín de San
Fernando, Alcones, Marchigüe, Auquinco y Ciruelos.
Las comunidades parroquiales han hecho aportes importantes
también en aquellos proyectos que han recibido el financiamiento
del Gobierno ya que los gastos de diseño del proyecto, con todas sus
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SEPTIEMBRE DE 2014