Julio Iglesias - Lelli Kelly

nos vamos a... 14 15
Entrada al metro con su letrero Art Noveau en hierro forjado, diseñado por Hector Guimard, entre 1898 y 1904.
Le Sacre Coeur
(Sagrado Corazón),
situado en
el barrio artístico
de Montmartre.
Hotel Lotti, un clásico del lujo
7 rue de Castiglione / wwww.hotel-lotti-paris.com
La Ciudad del amor, la Ciudad eterna...
Mon Amour
El Moulin Rouge, el mítico cabaret del barrio de Pigalle.
"Siempre nos quedará París", declaraba Humphrey Bogart a
Ingrid Bergman en la mítica película "Casablanca". Y es que esta
ciudad continúa enamorando a cada paso. Su sabor, sus aromas,
su elegancia y su arte hacen de ella un destino al que el visitante
siempre quiere regresar. Pasear por sus avenidas, sentarse y admirar
las pinceladas de los artistas en Montmartre, visitar el Louvre o el
D´Orsay y tomarse una copa en su Barrio Latino son algunas de las
pequeñas cosas que se pueden disfrutar en la ciudad del Sena.
Panorámica
de los tejados de París
con la Torre Eiffel
en el fondo.
Es una de las ciudades
más bellas y visitadas del mundo y,
probablemente, la más romántica
del planeta. París no tiene un centro
definido, más bien toda ella es centro.
Se la conoce como la “Ciudad de la
Luz”, debido a que fue una de las primeras
ciudades en dotar a sus calles y
edificos importantes de luz eléctrica.
Si hay algo que no puede dejar de
visitarse es la Torre Eiffel. No subir a
este edificio es casi un pecado, pues su
interior ofrece las mejores vistas de la
ciudad. Es visitada cada año por 6 millones
de personas. Se construyó con
motivo de la Exposición Universal de
1889 (comenzaron las obras en 1887
Paseando por sus calles,
camines por donde
camines, si levantas la
vista siempre ves el cielo
y finalizaron en 1889) y se pensó en
derruirla a su fin, algo impensable en la
actualidad, que es el emblema de París.
En lo alto de la ciudad, coronando la
Colina de Montmartre, nos encontramos
con la Basílica del Sagrado
Corazón. Como curiosidad, destacar
que se construyó con dinero obtenido
en colectas por toda Francia, estando
los donantes inscritos en la piedra de
la Basílica. La noche parisina es imprescindible:
puedes disfrutar de una cena
romántica, un crucero por el Sena,
un espectáculo en el Moulin Rouge o
pasear por el Barrio Latino o los Campos
Elíseos. Cuando se oculta el sol,
la “Ciudad Eterna” mantiene todo su
encanto, pues es una de las ciudades
mejor iluminadas del mundo. Sus calles
están repletas de floristerías que salpican
sus calles de fragancias agradables
y colores grandiosos, fruterías, mercadillos,
pequeños comercios, galerías de
arte... Todos ellos ubicados en edificios
bajos, como mucho de seis plantas de
altura. Así, cuando recorres sus calles,
camines por donde camines, levantas la
vista y siempre ves el cielo.
Gallo diseñado por d’Emo ( www.demoartist.com)
Este encantador hotel, fundado en 1910, está situado
a dos pasos de la Place Vendôme, del Museo del
Louvre, de la Ópera, de los Jardines de la Tuileries
y rodeado de las mejores joyerías de París. Lujo y
discreción son sus señas de identidad. En su última
renovación, ahora como NH, ha apostado por el arte
y por una decoración clásica. En su bar, uno de los
espacios más emblemáticos del hotel, se ha colocado
un llamativo gallo dorado del escultor español
d’Emo, realizado en fibra de vidrio y resinas, todo
un homenaje a uno de los símbolos por excelencia
de la República Francesa: el Coq Gaulois. Dentro
del hotel encontramos un precioso patio al aire
libre, todo un remanso de paz. Es muy curioso su
espectacular muro vegetal de palmeras, frutales y
vides, creando una atmósfera refrescante. Posee
una exquisita oferta gastronómica. El restaurante
Il Lotti, con un chef originario de Cerdeña, Fabrizio
Cosso, crea unos maravillosos platos inspirados en
su país. Elegantes salones donde tomar un té o un
cóctel rodeados de piezas de arte.
Y para el descanso, unas habitaciones y suites de
47 m2 con un mobiliario clásico de madera color
arena, espaciosas e íntimas, algunas de ellas poseen
un balcón y otras son abuhardilladas y con encanto.