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La Revista de lo Breve y lo Fantástico | | noviembre #138, 2014<br />
La Revista de lo Breve y lo Fantástico || noviembre #138, 2014<br />
Tras el resquicio<br />
Por Walter Gerardo Greulach (Argentina)<br />
Ilustrado por Carmen Rosa Signes Urrea (España) / Tras el resquicio<br />
l principio la criatura vivía preguntándose qué era.<br />
¿Por qué la tenían encerrada allí con una argolla a la<br />
cintura sujeta por cadenas? Ahora dedicaba el día<br />
placenteramente a ver la vida que le llegaba tras el<br />
resquicio en la pared que descubrió ocho años atrás.<br />
Especialmente en las mañanas cuando los niñitos<br />
entraban en tropel al patio de juegos del jardín de<br />
infantes. Volaba con la imaginación incorporándose<br />
a sus inocentes juegos. Cantando, bailando,<br />
disfrutando a pleno en una comunión unidireccional. Su único oído, ubicado bajo el ojo, se<br />
había agudizado de tal forma que escuchaba con nitidez las voces de los infantes. Luego de<br />
décadas aprendió a hablar. Bueno… aprender a hablar es mucho pues de su garganta solo<br />
salía un sonido gutural, ronco e ininteligible.<br />
Divisó en el centro del patio a un nutrido grupo que danzaban al ritmo de la ronda<br />
de la luna, su favorita. Se unió a ellos tarareándola mentalmente y hasta pudo sentir las<br />
suaves manitas agarrando sus aletas. Al rato comenzó el juego de la escondida. La criatura<br />
bajó el parpado un instante, entonces se vio escondida tras el tacho de la basura, junto a<br />
los columpios, conteniendo la risa y la respiración. Por momentos casi se sentía uno más<br />
de ellos. El ojo se le inundó de lágrimas. ¡Cuánto daría por poder estar allá abajo! Aunque<br />
fuese un segundo. Tan lindos, tan inquietos, tan llenos de vida.<br />
Como sufría la noche, tiempo en que el sol se apagaba. Sufría también terriblemente<br />
las vacaciones, los feriados, los sábados y domingos cuando el silencio del jardín lo volvía a<br />
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