sexenio201303

Cultura
UN PASEO POR EL SOUMAYA
Cuando uno por fin se encuentra adentro de
aquel panal metálico, la perspectiva cambia
drásticamente. El aluminio que brillaba con
el sol y que recubre la fachada del Soumaya
es reemplazado por pisos y paredes absolutamente
blancos que dan esa perspectiva de
estar en medio de la nada, ese lugar donde
-dicen- nada existe y todo cabe, una paradoja
que bien podría explicar lo que en adelante
los ojos atestiguan.
Cuando pude percatarme de que el recorrido
se realiza a través de largas y lisas
rampas, decidí aventurarme y subir a lo más
alto del museo para dirigirme poco a poco
hacia las salas inferiores. Personalmente es
algo que recomiendo para una visita práctica,
amena y diferente. Así, me dirigí a la
sexta sala, donde pude constatar que se encuentra
el alma del lugar...
La razón por la que uno puede apreciar
que ahí es donde fue arrojada la esencia del
recinto es simple: basta con que uno alce la
mirada y mire cómo el sol, que se cuela entre
la maraña metálica que ha sido dispuesta
sobre el techo del lugar, baña cada una de
las piezas de colección que se encuentran
94 MARZO 2013
distribuidas en la sala Julián y Linda Slim,
donde principalmente se observan obras de
Auguste Rodin y Salvador Dalí.
Por cierto, el medio día es el mejor momento
para estar en esta sala, ya que el
sol pega directamente a Las tres sombras,
obra de Rodin que fue situada en el centro
de esta galería, lo que hace que el lugar se
perciba aún más dramático, pues la luz natural
regala una perspectiva que resalta la
intensión de movimiento que el famosísimo
escultor francés se empeñó en reflejar en
su extraordinaria obra.
Por supuesto no hay que dejar de mencionar
las piezas que el pintor español de
peculiares bigotes creó, mismas que añaden
una singular y agradable excentricidad. Alicia
en el País de las Maravillas y el Cristo de
San Juan de la Cruz, son dos esculturas que
más cautivan a los espectadores y que bien
vale la pena detenerse a mirar por largo rato.
La quinta sala representa un encuentro
con las raíces mesoamericanas y un pasado
un tanto más inmediato, el del siglo XX, una
amalgama un tanto difícil de lograr pero que
ayuda a comprender el arte a través de todas
las épocas, con sus respectivas técnicas
y sus diferentes fines.