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el nuevo hospital general. la elección del proyecto - Gestión Amigos ...

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El 21 de diciembre de 1755 <strong>la</strong> Junta de Gobierno de los Reales Hospitales acuerda urgir a <strong>la</strong> Comisión de Obras<br />

para que, "con parecer y asistencia de peritos", <strong>el</strong>ija los p<strong>la</strong>nos de p<strong>la</strong>nta presentados que le parezcan más a<br />

propósitos para ser construidos. Sobre quiénes fueron esos peritos <strong>el</strong>egidos por <strong>la</strong> Junta sólo sabemos que estaba<br />

presidida por uno de los directores honorarios de Arquitectura de <strong>la</strong> Academia de San Fernando, que en aqu<strong>el</strong><br />

momento era también su director <strong>general</strong> y poseía los títulos de arquitecto mayor d<strong>el</strong> rey y arquitecto y fontanero<br />

mayor de Madrid: Juan Bautista Saqueti 12 . De los otros tres miembros no conocemos sus nombres, pero sí<br />

conocemos su cualificación y prestigio, ya que <strong>la</strong> Junta quiso que quienes examinasen los <strong>proyecto</strong>s presentados<br />

fueran "los más sabios arquitectos de Madrid" 13 . Dentro d<strong>el</strong> terreno de <strong>la</strong> especu<strong>la</strong>ción pura, podemos aventurar<br />

los nombres de los tres arquitectos que con Saqueti compusieron <strong>el</strong> jurado.<br />

El otro director honorario de arquitectura en <strong>la</strong> Academia era Francisco Carlier<br />

14 . Su salud le hizo viajar a Francia<br />

en 1755, para lo cual pidió una ayuda de costa en Pa<strong>la</strong>cio 15 . Sería a su vu<strong>el</strong>ta cuando participara en <strong>el</strong> jurado<br />

presidido por Saqueti. El tercer director honorario de arquitectura en <strong>la</strong> Academia de San Fernando era en 1755<br />

Santiago Bonavía 16 . A pesar de ese alto lugar en <strong>el</strong> esca<strong>la</strong>fón académico, sus obras desde 1745 en <strong>el</strong> Pa<strong>la</strong>cio Real de<br />

Aranjuez, en <strong>la</strong>s que manifiesta "cuanto distaba de Herrera en gusto e int<strong>el</strong>igencia" 17 , y <strong>la</strong>s iglesias de San Antonio<br />

en <strong>el</strong> mismo Aranjuez y de los Santos Justo y Pastor en Madrid, "no merecen <strong>el</strong>ogio alguno" para <strong>la</strong> crítica<br />

neoclásica 18 . Además, desde su asistencia a <strong>la</strong> junta académica en <strong>la</strong> que obtiene esa distinción de director<br />

honorario no vu<strong>el</strong>ve e asistir a <strong>la</strong> de San Fernando por problemas de salud, los mismos que, seguramente, le<br />

impidieron formar parte d<strong>el</strong> jurado que <strong>el</strong>egiría <strong>el</strong> <strong>proyecto</strong> para <strong>el</strong> <strong>nuevo</strong> Hospital General.<br />

En <strong>el</strong> Madrid de <strong>la</strong> época, por tanto, Saqueti y Carlier eran los arquitectos y académicos de mayor rango en Pa<strong>la</strong>cio<br />

y mejor reputación artística, pero nos faltan dos más para componer <strong>el</strong> jurado y eso nos lleva a tener que contar<br />

ahora con los tenientes de Rodríguez y Hermosil<strong>la</strong> como directores con ejercicio en <strong>la</strong> Academia, es decir, con <strong>el</strong><br />

siguiente escalón en <strong>la</strong> jerarquía de <strong>la</strong> corporación fernandina. Esos tenientes directores eran entonces Alejandro<br />

González V<strong>el</strong>ázquez<br />

19 y Diego de Vil<strong>la</strong>nueva 20 , pero hay que tomar sus nombres con caut<strong>el</strong>a porque sería muy raro<br />

que fueran <strong>el</strong>los quienes examinaran y valoraran los <strong>proyecto</strong>s de académicos de rango superior al suyo en un<br />

mundo tan c<strong>el</strong>oso de dignidades, méritos y honores como <strong>el</strong> de entonces. Sólo Saqueti y Carlier tenían <strong>el</strong> prestigio<br />

y <strong>la</strong> autoridad suficiente para ejercer esa misión. Así lo reconoce Ventura Rodríguez en un escrito que luego<br />

veremos, cuando alude al primero: "nadie me excede en <strong>el</strong> amor y conocimiento de don Juan Saqueti, sé muy bien<br />

los <strong>el</strong>ogios que merece su habilidad, su estudio y su penetración" 21 . En definitiva, sabemos que <strong>el</strong> jurado lo presidía<br />

él y fue acompañado por otros tres maestros arquitectos cuyos nombres sólo podemos aventurar.<br />

En este contexto de <strong>proyecto</strong>s simultáneos y alternativos, <strong>el</strong> 14 de febrero de 1756 Ventura Rodríguez firma <strong>la</strong><br />

representación que dirige al conde de Miranda, a <strong>la</strong> sazón hermano mayor de <strong>la</strong> Congregación Real de Hospitales y<br />

presidente de su Junta de Gobierno. El enorme interés que su texto tiene para nosotros está en que sus p<strong>la</strong>nos no<br />

son conocidos y de sus explicaciones se pueden deducir algunas ideas fundamentales de su <strong>proyecto</strong>. Desde <strong>el</strong><br />

principio don Ventura dec<strong>la</strong>ra conocer y aceptar que <strong>el</strong> fallo d<strong>el</strong> jurado no le haya favorecido, no obstante lo cual<br />

expone su concepto de lo que una arquitectura <strong>hospital</strong>aria ha de cumplir: "este edificio no debe ser de aquéllos en<br />

que <strong>la</strong> d<strong>el</strong>icadeza y ornatos apurasen los primores de <strong>la</strong> Arquitectura, pero sí de extensión y capacidad, bastante<br />

con <strong>la</strong>s venti<strong>la</strong>ciones y comodidades necesarias: que en <strong>la</strong> misma sencillez de su construcción, manifestase <strong>el</strong> buen<br />

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gusto, simetría y proporciones" . Al final d<strong>el</strong> párrafo hace explícito cuál es <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o que para él reúne tales<br />

características, cuando dec<strong>la</strong>ra querer procurar <strong>la</strong> unión de todos estos principios "al modo de <strong>la</strong> gran casa de<br />

Imbálidos de París en que resp<strong>la</strong>ndece este b<strong>el</strong>lo orden."<br />

Sentadas <strong>la</strong>s bases de su actitud, don Ventura trabajó con <strong>el</strong> programa que a todos los concurrentes les fue<br />

entregado y que incluiría en <strong>el</strong> futuro edificio <strong>la</strong>s dependencias d<strong>el</strong> Hospital General, <strong>el</strong> de <strong>la</strong> Pasión, <strong>la</strong> Galera, <strong>la</strong><br />

Inclusa y <strong>la</strong>s Casas de Desamparados. Para poder incluir todo lo anterior, <strong>el</strong> arquitecto tomó todo <strong>el</strong> terreno que<br />

consideró indispensable, incluyendo <strong>el</strong> propio de los Reales Hospitales y <strong>la</strong> Galera (manzanas 1 y 2) y <strong>el</strong> de <strong>la</strong>s<br />

manzanas 16 y 17, contigua esta última al Corralón de <strong>la</strong> Vil<strong>la</strong> d<strong>el</strong> que luego hab<strong>la</strong>remos Tal extensión fue criticada<br />

por <strong>la</strong> comisión presidida por Saqueti para s<strong>el</strong>eccionar <strong>el</strong> <strong>proyecto</strong> que se habría de llevar a ejecución. También <strong>la</strong>s<br />

críticas llegaron a cuestionar <strong>la</strong> excesiva altura d<strong>el</strong> edificio propuesto por don Ventura y que, incluso<br />

suprimiéndose una altura, <strong>la</strong> venti<strong>la</strong>ción de <strong>la</strong>s sa<strong>la</strong>s fuera insuficiente. Lo cual lleva implícita <strong>la</strong> crítica al pequeño<br />

tamaño de algunos de sus patios.<br />

Respecto a <strong>la</strong> colocación de <strong>la</strong> iglesia dentro d<strong>el</strong> <strong>hospital</strong>, Ventura Rodríguez <strong>la</strong> dispone sin fachada hacia <strong>el</strong><br />

exterior, pero con un atrio o patio d<strong>el</strong>antero creado para su lucimiento, una vez traspasadas <strong>la</strong>s crujías de acceso,<br />

es decir, dejando <strong>el</strong> alzado d<strong>el</strong> <strong>hospital</strong> hacia <strong>la</strong> calle de Atocha con una caracterización propia y exclusiva de <strong>la</strong><br />

arquitectura civil, sin mezc<strong>la</strong>r los motivos que se acumu<strong>la</strong>ban en <strong>la</strong> fachada de viejo Hospital General de los<br />

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