INDIE SIGN, LA MANO SOBRE LA CUNA

…..
Hombre lobo Eternal
Por: regaliz Mendoza
La Balada del Hombre Lobo
segunda parte
El lobo que aullaba a la Luna.
Un lobo, enamorado de la luna,
todas las noches subía a la cima
del monte para mostrarle su amor
a la luna.
Sus aullidos eran melodiosos y
rítmicos, pausados y progresivos;
en sus aullidos le hablaba de amor,
cada noche eran más intensos.
La luna, agradecida, le acariciaba
rozando su pelaje con su resplandor;
y el lobo, que en su intenso amor no
razonaba, creía poder alcanzar la luna.
A lo lejos el viento sopla tan fuerte
que mueve los grandes pinos de la
colina menguante, el rio cristalino
se sumerge en su belleza, y es de
donde el gran lobo platino sale, se
eleva y engrandece a su reina luna.
SON LOS MITOS LAS ENSEÑANZA
DE NUESTROS ANTEPASADOS,
MISMAS QUE NOS SIRVEN
PARA CULTIVAR A NUESTRA MENTE
Y A NUESTRO INTELECTO.
Dejas aun lado el misterio, te sumerges en
las teorías, y mitos, te mezclas con cada
cultura terrenal, eres un dios, una
reina ,siempre de noche siempre en los valles
de la gran catedral, eres la laguna azul
de esos valles eternos,
La silueta de tu cuerpo, se refleja en los
cuernos de la luna ,los demonios son la cautiva
esencia de tu mente..
.. Ahora recoge tus dudas y alza tu maullido
en lo alto e las montañas para que los
demonios recojan su tributo.
Noche tras noche, el lobo no faltó
a su cita, aullado con más fuerza
a la luna, pensando que, gritando,
podría la luna bajar a su altura.
Noches oscuras, y el lobo no vio
A su luna, que aullaba desesperado
Sin obtener respuesta de su amada
La Luna Plateada.
Como iba pasando las noches,
el lobo se ponía triste más triste,
su Luna Plateada no aparecía;
su garganta ronca no respondía.
Una noche, negra como la pena,
el lobo dejó de aullar, y su cola
ya no caracoleaba, la tristeza se
apoderó de él y murió con los
ojos abiertos hacia cielo negro.
Y la Lunita Plateada, detrás de
los nubarrones, no pudo consolar
la honda pena de su enamorado,
y en acto de amor, su haz luminosa,
arrebató el cuerpo fiel de lobo y se
lo llevó a los cielos, donde juntos
están, la Luna con su resplandor.
Y ese cielo negro su casa, sus sueños
Sus ideas, su trascendencia.
Muérdeme y deja
que la sangre derramada,
sea al día siguiente
tu vaso de
agua para la sed