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Esclavos del siglo XXI - 20Minutos

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el mensual de 20 minutos 13RAIMUNDO ELDIA, BRASIL«Bebíamos agua de un pozo sucio»«Siempre estuve quemando árboles, durmiendo en chozas de paja en lugares incomunicados.Después <strong>del</strong> incendio, llega el ganado, la selva desaparece para siempre». Raimundo ElDia tenía66 años cuando fue liberado, en 2005. Vivía en condiciones de esclavitud en la Amazoniabrasileña. El Grupo Móvil <strong>del</strong> Ministerio de Trabajo de Brasil y la Policía Federal liberaron a ungrupo de 10 personas en la fazenda Rio dos Bois, en el estado de Pará, a unos kilómetros de laautopista Transamazónica. A pesar de la dureza de su situación, Raimundo no era consciente desu esclavitud. Siempre había vivido así. «Nunca en mi vida tuve documentos. Ni un contrato detrabajo. Nada de nada», afirma cabizbajo. Raimundo no ganaba un solo real. Era un esclavo. Laesclavitud en el sur <strong>del</strong> estado de Pará y en buena parte de la Amazonia es algo habitual. Tantoque a la zona se la conoce como el «expreso de la esclavitud». En algunos casos, los trabajadoresretenidos se endeudan incluso, pues tienen que comprar los alimentos a precios abusivos. Apesar de los esfuerzos <strong>del</strong> Gobierno de Brasil, en el gigante latinoamericano todavía hay cerca de40.000 esclavos, según la Organización Internacional <strong>del</strong> Trabajo (OIT). En la fazenda Rio dos Boisno había agua potable. Tampoco comida. «Bebíamos agua de un pozo sucio. Comíamos carnesolo cuando moría una vaca. Sobrevivimos con arroz y frijoles», afirma Raimundo. Cuando entróen los juzgados de la ciudad de Pacajá, la más próxima a la fazenda, escoltado por la PolicíaFederal, miró el techo de la sala con sorpresa. Nunca, tras décadas deambulando por los tórridossubmundos de la Amazonia, había visto un aparato de aire acondicionado. BERNARDO GUTIÉRREZBERNARDO GUTIÉRREZtal vez si le daba más dinero dejaría de pegarme.Me sentía demasiado aterrorizadacomo para escapar, pedir auxilio.Hasta que nació mi hija y entonces supeque tenía que salir de allí como fuera. Mepuse en contacto con un grupo de ayuda yacudí a la policía». Jasmine trabaja ahoraactivamente con la organización Sextrade101,tratando de prevenir casos comoel suyo y ayudando a otras víctimas a travésde su testimonio.Según datos oficiales citados por el mencionadoinforme <strong>del</strong> Departamento de Estadode EE UU, aproximadamente un 20%de las mujeres que practican la prostituciónen España lo hacen de forma forzada, víctimasde organizaciones criminales. Perolas formas de explotación definibles comoesclavitud existentes en nuestro país nose limitan al tráfico sexual. El informe destacaque muchos de los inmigrantes sin papelesque trabajan en la agricultura, en laboresde limpieza o en el servicio domésticono reciben salario alguno, o sonamenazados con denuncias a las autoridades(es decir, con la deportación) si intentanrebelarse. El estudio señala tambiénque el Gobierno ha dado pasos positivoscon el endurecimiento de penas en el CódigoPenal, pero añade que aún queda muchopor hacer, especialmente en lo referido a losinmigrantes.«¿Cuánto dirías que cuesta comprar unesclavo actualmente, de media, en el mundo?»,pregunta Karlee Sapoznik. «90 dólares.70 euros». Y añade: «Hay estudios queaseguran que con 10.800 millones de dólarespodría acabarse con la esclavitud en 25años. Parece mucho, pero es lo que gastanlos estadounidenses en el Día de San Valentín».Según un informe de la ComisiónEconómica para Europa de Naciones Unidas(Unece), traficantes de personas y esclavistasingresaron en 2004 entre 5.000 millonesy 9.000 millones de dólares.No todo son malas noticias. En los últimosaños ha habido importantes progresos enla lucha contra la esclavitud, gracias, sobretodo, al trabajo de concienciación quedesarrollan organizaciones como Anti-Slavery International, Free The Slaves,Stop The Traffik o la propia AllianceAgainst Modern Slavery. Algunas grandesempresas han empezado a boicotear productosprocedentes de la esclavitud, y elParlamento Europeo, por ejemplo, rechazóel año pasado un acuerdo comercialcon Uzbekistán que conllevaba la comprade algodón producido mediante trabajoforzado.Como ha dicho el secretario general <strong>del</strong>a ONU, Ban Ki-moon, «para erradicarlas formas contemporáneas de la esclavitudnecesitamos nuevas estrategias quepuedan unir a todos los agentes. Los gobiernostienen la responsabilidad primordial,pero corresponde al sector privadodesempeñar una función integral».La esclavitud, señala Kevin Bales, el fundadorde Free The Slaves, podría estar al bordede la extinción definitiva, «pero tenemosque darle el empujón final».■

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